Alimentación

Rafael Navarro, sociólogo, avisa del problema de que la gente "prefiere no saber" que está comiendo realmente

Tomates, el alimento más cargado de plaguicidas en España

El 66% del suelo español está contaminado por plaguicidas, denuncia un informe

Frutas y verduras llegan a la mesa cargadas de plaguicidas, sobre todo los tomates

Frutas y verduras llegan a la mesa cargadas de plaguicidas, sobre todo los tomates / Efe

Lola Gutiérrez

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Pese a vivir un bombardeo constante de información de todo tipo, en cuanto a la alimentación es común no saber qué se está comiendo realmente. Los productos deben tener a la vista etiquetas nutricionales y los ingredientes que contienen, pero para muchos resulta imposible de descifrar ciertos aditivos y conservantes que pueden ser más nocivos de lo que pensamos.

Tomates con pesticidas, carne medicada, cereales transgénicos o pescado repleto de microplásticos. En esto pone el foco el sociólogo Rafael Navarro en su segunda novela Planeta invernadero, la historia de una ingeniera agrónoma que toma conciencia para relatar los problemas de contaminación, salud o explotación laboral que provoca la agricultura industrial y que sirve para reflexionar sobre lo que comemos.

"Si todos sabemos que están contaminados, ¿por qué seguimos comprándolos y por qué seguimos comiéndolos?", se pregunta en una entrevista concedida a la BBC. "¿Por qué la gente no cambia? Porque está metida en una inercia. No miras de dónde vienen las cosas. Yo no entiendo cómo no se exige. Debería verse muy claro de dónde viene cada producto y qué productos químicos tiene una naranja, unas acelgas, una lechuga o un tomate y luego que cada cual decida si se lo come o no".

Navarro, de hecho, reconoce que desde su editorial le piden que no hable mucho de pesticidas, ya que "la gente prefiere no saber qué contiene la lechuga, el tomate o la fresa, porque si no, ya no comería".

"Coste medioambiental gigantesco"

Desde hace años, es posible comer frutas de temporada prácticamente siempre. "Con los invernaderos consiguen producir durante todo el año. Multiplican las cosechas, multiplican la cantidad de producto. Pero todo esto tiene un coste medioambiental gigantesco, que fundamentalmente es la contaminación del suelo y del agua, la sobreexplotación de los acuíferos y una contribución al cambio climático impresionante porque todo esto se hace a base de energía y de química", asegura Navarro, diplomado también en Extensión y Desarrollo Rural.

En el libro, Navarro aborda esta destrucción medioambiental y la explotación laboral, aunque asegura que este es un problema no solo de la agricultura industrial, también "la industria textil se basa en los mismos principios".

El escritor vivió en una escuela de capacitación agraria dirigida por su padre hasta los 10 años, cuando se mudó a Madrid. Tras años trabajando en el sector audiovisual, decidió mudarse a Monachil, un pueblo situado en las faldas de Sierra Nevada en el que se dedica a la agricultura tradicional.