Curiosidades

Si estás en una entrevista de trabajo y tu silla cojea, podrían estar analizando esta curiosa capacidad

El candidato, normalmente, se debe enfrentar a una evaluación con preguntas, pero no solo

El revolucionario método para superar una entrevista de trabajo

Entrevista de trabajo

Entrevista de trabajo / Pexels

Pol Collado

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tener una entrevista de trabajo ya implica que se cumplan algunos de los requisitos necesarios para un puesto de trabajo. Tras superar este primer filtro, el aspirante debe enfrentarse a una evaluación más completa para así dar o no el paso final y poder entrar a formar parte de esa empresa.

En la mayoría de casos, el candidato debe responder a preguntas más complejas y precisas que las que los representantes de recursos humanos han podido formularle tras comprobar su currículum, para así evaluar también su personalidad y valores.

Sin embargo, a veces, sin darse cuenta, la silla en la que se sienta el entrevistado cojea. No se trata de una simple casualidad, sino que también se utiliza como prueba de evaluación dentro del mismo proceso; una pequeña trampa denominada el 'test de la silla'.

Ponerse a prueba

Esta misteriosa prueba consiste en desarrollar la entrevista de trabajo como si fuera normal, pero sobre una silla defectuosa, cuyas patas son más cortas unas que las otras. Por ello, puede que en muchos momentos tambalee de lado a lado y resulte incómodo.

Otro punto clave es que, justo al lado, tendrá una silla en plenas condiciones, con sus cuatro patas de igual medida. Así, la decisión de cambiar de silla o mantenerse en el sitio quedará en manos del entrevistado, cuya

Acción, reacción

Existen tres claras reacciones ante la incomodidad que provoca una silla que cojea: aguantar sin decir nada, pedir un cambio o quejarse, pero seguir en ella. Si los nervios ya pueden estar a flor de piel, esto puede empeorarlo. Justamente, este es el objetivo de los entrevistadores, valorar la capacidad de adaptación y reacción del aspirante.

Por tanto, de entre las tres opciones, hay diferentes valoraciones: si el candidato aguanta la entrevista sobre la silla coja sin decir nada, quedará valorada positivamente su gran capacidad de concentración y lo bien que prioriza sus objetivos; si pide un cambio de silla, demostrará iniciativa y proactividad frente a los retos; y si se queja, pero sigue en ella -la peor valorada- denotará pasividad ante la señalización de un problema hecha por mismo aspirante.