Los trucos que el mecánico no quiere que sepas para evitar el chirrido del limpiaparabrisas

¿Te resulta familiar ese molesto chirrido cada vez que activas los limpiaparabrisas de tu coche? A menudo, la primera reacción es pensar en reemplazar las escobillas, pero tenemos buenas noticias. En muchos casos, es posible solucionar este ruido sin necesidad de comprar unas nuevas. Hoy te revelamos algunos trucos sencillos y efectivos para que tus limpiaparabrisas vuelvan a funcionar sin hacer ruidos y de manera eficaz.

Escobillas en buen estado

Las escobillas del limpiaparabrisas son cruciales para la seguridad vial. Su función principal es mantener el parabrisas despejado, garantizando una visibilidad óptima en cualquier situación. Unas escobillas en mal estado no solo generan un ruido desagradable, sino que también pueden comprometer la capacidad del conductor para ver la carretera con claridad, aumentando el riesgo de accidentes.

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¿Por qué hacen ruido las escobillas?

El ruido de las escobillas puede deberse a varias razones:

• Mala instalación: si el ruido comenzó después de cambiar las escobillas, es posible que no estén bien colocadas o que algún componente esté suelto.
• Desgaste: el uso continuo y la exposición a las inclemencias del tiempo pueden desgastar la goma de las escobillas, haciendo que pierdan su eficacia y empiecen a chirriar.
• Suciedad: la acumulación de suciedad en el parabrisas o en las propias escobillas puede generar fricción y, por lo tanto, ruido.

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Trucos para silenciar tus limpiaparabrisas

Antes de gastar dinero en unas escobillas nuevas, prueba estos sencillos trucos:

• Revisa la instalación. Asegúrate de que las escobillas estén bien encajadas y que no haya ninguna pieza suelta. Si no te sientes seguro, pide ayuda en un taller.
• Limpia las escobillas. Limpia la goma de las escobillas con un paño húmedo y jabón suave. Elimina cualquier resto de suciedad que pueda estar generando el ruido.
• Limpia el parabrisas. Lava el parabrisas a conciencia para eliminar la suciedad, los residuos de árboles o cualquier otro elemento que pueda dificultar el deslizamiento de las escobillas.
• Prueba con vinagre blanco. Humedece un paño con vinagre blanco y pásalo por la goma de las escobillas. El vinagre ayuda a eliminar la suciedad y a suavizar la goma.
• Aplica vaselina. Una vez limpias y secas, puedes aplicar una pequeña cantidad de vaselina en la goma de las escobillas para lubricarlas y evitar la fricción.