Consejos y trucos

Adiós al truco de la leche: esto hacen las abuelas para que las croquetas no se rompan al freírlas

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Imagen de una croqueta en un restaurante.

Imagen de una croqueta en un restaurante. / RICARD FADRIQUE

Neus Castellet

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En la gastronomía española existe una tradición culinaria con una idiosincrasia concreta que conforma un panorama gastronómico especial. Es el caso de la paella, la tortilla de patatas o el jamón ibérico, todos productos típicos de la cocina española.

Otro de esos platos característicos, y sobre todo de la cocina casera en España, son las croquetas. Un bocado sencillo pero muy versátil que pueden ser una tapa o un plato en sí mismo. Los sabores pueden variar, así como la textura, pero aunque el sabor sea muy innovador, siempre hay un truco escondido.

Además, una croqueta no solo debe tener buen sabor, sino que debe tener una capa exterior crujiente y no debe romperse cuando se fría.

Los trucos de las abuelas

Las personas con más experiencia en la cocina saben estos trucos que pueden ayudarte a hacer la croqueta perfecta. Para las abuelas más experimentadas, el primer paso consiste en dejar reposar la masa de croqueta en la nevera por un periodo de tiempo prolongado. La consistencia de la bechamel es muy importante para que durante el proceso de rebozado y de fritura no se rompa la croqueta ni se dañe la forma.

El segundo truco y el más importante trata sobre la temperatura de fritura. Para conseguir una fritura uniforme y que no se desmonte la croqueta, el aceite debe estar a 180 grados Celsius.

De esta manera, el aceite está a la temperatura ideal para cocinar la croqueta por fuera y por dentro al mismo tiempo, pero sin dejar que esta absorba demasiada grasa y quede pesada.

Receta tradicional

Para hacer unas croquetas como las de las abuelas vas a necesitar los siguientes ingredientes: 180 gramos de jamón (o el ingrediente sobre el que quieras hacer croquetas), 2 huevos, 300 ml de leche, 70 gramos de harina, pan rallado, 200 ml de caldo de pollo, 10 ml de aceite de oliva, 70 gramos de mantequilla, una cebolla y sal.

El primer paso es cortar la cebolla y el jamón a daditos pequeños y calentar en una sartén el aceite y la mantequilla para poder pochar la cebolla durante 5 minutos. En cuanto esta esté lista, se debe añadir el jamón, cocinarlo durante medio minuto mezclándolo bien con la cebolla y añadir la harina. Se debe cocinar todo junto durante menos de un minuto y sin parar de mezclar, para formar la base de la bechamel.

La mezcla perfecta

Cuando estén los ingredientes bien integrados, se debe verter en la sartén la leche y el caldo de pollo lentamente, sin dejar de mezclar, y cocinarlo todo a fuego medio hasta que comience a espesar. Una vez esto haya ocurrido, se debe verter en una bandeja fría y se guarda en la nevera un mínimo de cuatro horas.

Para finalizar, se deben poner los huevos batidos en un plato y el pan rallado en otro y formar las croquetas, pasándolas por el huevo batido y por el pan rallado y, una vez que estén todas listas, freírlas en aceite a 180 grados y reservarlas en papel absorbente.