Senderismo

El Machu Picchu español existe y está en los Pirineos: así es una de las rutas de senderismo más desconocidas de Europa

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La Mina del Mail de Bulard.

La Mina del Mail de Bulard. / Couserans Pyrénées

Alexandra Costa

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Los Pirineos, una imponente barrera natural que separa España de Francia, son un paraíso para los amantes del senderismo y la naturaleza. Sus valles profundos, montañas escarpadas y cascadas cristalinas componen un paisaje que roba el aliento. Entre su vasta red de senderos, se esconde un tesoro poco conocido, un lugar que evoca la mística de Machu Picchu: las minas abandonadas de Mail de Bulard.

Mail de Bulard: Un pico fronterizo con historia

El Mail de Bulard, con sus 2.750 metros de altitud, es una de las cumbres más emblemáticas de los Pirineos. Situado justo en la frontera entre España y Francia, este pico no solo atrae a montañeros por su desafío, sino también a historiadores y curiosos por el secreto que alberga en su vertiente francesa. Aquí, a más de 2.000 metros de altura, la mano del hombre ha dejado una huella imborrable: las ruinas de unas antiguas minas de plomo y zinc.

Un "Machu Picchu" europeo en las alturas

El conjunto de las minas, con sus estructuras de piedra diseminadas en la ladera de la montaña, ha ganado el apodo del "Machu Picchu" europeo. Aunque guarda distancia con la monumentalidad de la ciudadela inca, la analogía captura la esencia de un emplazamiento abandonado, rodeado de un paisaje montañoso espectacular, donde la naturaleza y la historia se entrelazan. La ubicación privilegiada de las minas ofrece vistas panorámicas impresionantes, haciendo de este lugar un destino único.

El desafío de la minería en el siglo XIX

A finales del siglo XIX, ingenieros y mineros se enfrentaron a las extremas condiciones climáticas y geográficas para extraer hierro y plomo de estas montañas. Las galerías, excavadas a mano, testimonian el ingenio y la perseverancia de los trabajadores de la época. Estos minerales eran esenciales para la industria pesada de Francia y otros países europeos, impulsando la creación de esta infraestructura en un entorno tan hostil.

Infraestructura para un transporte imposible

El transporte del mineral extraído desde estas alturas suponía un reto logístico enorme. Para solventarlo, se construyeron sistemas de vías y telecabinas rudimentarias que conectaban las minas con los valles de Biros y otras localidades cercanas. Aunque gran parte de esta infraestructura ha desaparecido, aún se pueden observar algunos restos que son objeto de estudio por arqueólogos industriales, ofreciendo una visión fascinante de la ingeniería de la época.

Abandono y legado histórico

La actividad minera en Mail de Bulard cesó en la década de 1920, debido a la disminución de los recursos y al aumento de los costes de extracción. Desde entonces, las minas han quedado abandonadas, a merced de la naturaleza y el paso del tiempo. Sin embargo, este abandono ha contribuido a preservar parte de la estructura original, convirtiéndolas en un sitio de gran interés histórico y cultural. Hoy en día, las minas abandonadas son un testimonio silencioso de una era pasada.

Una ruta de senderismo singular y desafiante

El acceso a las ruinas de Mail de Bulard es una aventura en sí misma, una ruta de senderismo singular que atrae a aventureros y curiosos. Aunque la ruta es de carácter moderado, presenta cierta dificultad debido a las características del terreno, con riesgos de desprendimientos que obligan a extremar las precauciones. Sin embargo, la recompensa es inmensa: la oportunidad de explorar un lugar único y de disfrutar de vistas panorámicas de los Pirineos.

El recorrido: historia y vistas panorámicas

La ruta, de aproximadamente 15 kilómetros en total, con una duración estimada de siete horas, comienza en el aparcamiento de Bocard d’Eylie. Aquí, los restos de la estación de procesamiento de minerales marcan el punto de partida de esta travesía. El sendero serpentea a través de la montaña, descubriendo poco a poco los restos del yacimiento minero: antiguas galerías, dormitorios y comedores abandonados. El recorrido es un viaje en el tiempo, un paseo por la historia de la minería en los Pirineos, mientras se disfruta de la majestuosidad del paisaje montañoso.

Un destino para aventureros con historia

En resumen, el Mail de Bulard no es solo una cumbre imponente, sino un lugar donde la historia y la naturaleza se dan la mano. Las minas abandonadas, con su aura de misterio y aventura, ofrecen una experiencia única para aquellos que se aventuran a explorarlas. La ruta de senderismo hacia este "Machu Picchu" europeo es un desafío gratificante, una oportunidad para sumergirse en la belleza y la historia de los Pirineos.