Consejos prácticos

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Pasta de dientes: el trucazo para dejar la taza del váter como nueva

Una taza de váter.

Una taza de váter.

Gabriel Roncero

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La taza del váter es uno de los lugares de la casa más propicios para la acumulación de suciedad, bacterias y, sobretodo, de cal.

Por ello, es importante limpiar y desinfectar esta zona con frecuencia, ya sea por higiene, para evitar malos olores o por salud.

En caso contrario, si se descuida esta parte del baño, lo más probable es que el fondo de la taza adquiera un color amarillento u oscuro, debido a la suciedad incrustada.

De todas formas, nunca es tarde para rectificar, por lo que, si esto ya te ha sucedido, a continuación puedes encontrar la solución para dejar el WC como nuevo.

El ácido cítrico, un aliado infalible

Aunque parezca mentira, existe un truco senzillo y eficiente. Según explican los especialistas de Purdy y Fig, solo se necesita un ingrediente natural y básico para conseguirlo: el ácido cítrico.

Este compuesto, presente en frutas cítricas como el limón, ha ganado popularidad en el hogar gracias a su capacidad para eliminar manchas difíciles y restos de cal.

Cómo usarlo

El ácido cítrico reacciona con los minerales de la cal, disolviéndolos eficazmente, y su ligera acción antibacteriana ayuda a combatir las manchas amarillas que suelen aparecer en el asiento del inodoro.

Su aplicación es sencilla: primero, hierve agua y viértela en un recipiente resistente al calor. Una vez que se enfríe un poco, añade el ácido cítrico y remueve hasta que se disuelva completamente.

Con una esponja, aplica la solución en toda la superficie del asiento. Para áreas más difíciles de alcanzar, puedes utilizar un cepillo de dientes.

Déjalo actuar durante al menos 10 minutos y luego retíralo con una bayeta húmeda. Es importante frotar con suavidad para no dañar la superficie.

Frecuencia de limpieza

Para evitar la aparición de manchas amarillas, se recomienda limpiar el asiento del inodoro al menos una vez a la semana. Estas manchas suelen formarse por la acumulación de humedad, restos de productos de limpieza o depósitos de minerales presentes en el agua.

Se aconseja emplear un limpiador suave y no abrasivo, como una solución de vinagre blanco diluido en agua o un detergente específico para baños. Además, es esencial secar bien la superficie después de cada limpieza para prevenir nuevas acumulaciones.