El ingrediente secreto de las abuelas andaluzas para que las croquetas tengan más sabor

El pequeño truco que elevará el nivel de tus croquetas

Los mejores trucos para hacer unas croquetas de 10

Croquetas

Croquetas / Ricard Cugat

Mariona Artigas

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Las croquetas son una de las tapas típicas de la gastronomía española, y existen de todos los sabores: cocido, jamón, pollo, setas, gambas... Sin embargo, las más buenas siempre han sido las que hacen las abuelas. Y es que las grandes maestras de la cocina tienen un truco para hacer que esta popular tapa sea mucho más sabrosa.

Un ingrediente secreto

Las mejores croquetas son aquellas que se preparan con antelación y mucha calma, ya que se deben dejar reposar para poder darles la forma y que queden en un punto perfecto de cremosidad. Sin embargo, las abuelas andaluzas añaden un pequeño ingrediente que promete mejorar el plato.

Añadir caldo de cocido o de pollo -dependiendo del tipo de croquetas que hagas- a la bechamel va a elevar el nivel de tus croquetas de manera exponencial, ya que va a aportar cremosidad y va a eliminar el sabor a leche, que a veces puede llegar a ser molesto. Con este truco, las abuelas se aseguran un sabor más intenso.

De la misma manera, también se pueden añadir potenciadores de sabor naturales, como la manteca o grasa, que seguro que dejará impactados a los comensales.

La receta

Para hacer unas croquetas como las de las abuelas andaluzas vas a necesitar los siguientes ingredientes: 180 gramos de jamón (o cualquier otro ingrediente), 2 huevos, 300 ml de leche, 50 gramos de harina, pan rallado, 200 ml de caldo de pollo, 30 ml de aceite de oliva, 30 gramos de mantequilla, una cebolla y sal.

El primer paso es cortar la cebolla y el jamón a daditos pequeños y calentar en una sartén el aceite y la mantequilla para poder pochar la cebolla durante 5 minutos. En cuanto esta esté lista, se debe añadir el jamón, cocinarlo durante medio minuto mezclándolo bien con la cebolla y añadir la harina. Se debe cocinar todo junto durante menos de un minuto y sin parar de mezclar.

Cuando estén los ingredientes bien integrados, se debe verter en la sartén la leche y el caldo de pollo lentamente, sin dejar de mezclar, y cocinarlo a fuego medio hasta que comience a espesar. Una vez esto haya ocurrido se debe verter en una bandeja fría y guardar en la nevera un mínimo de cuatro horas.

Para finalizar, se deben poner los huevos batidos en un plato y el pan rallado en otro y formar las croquetas, pasándolas por el huevo batido y por el pan rallado y, una vez que estén todas listas, freírlas en aceite muy caliente y reservarlas en papel absorbente.

De esta manera te van a quedar unas croquetas cremosas y con un sabor intenso, muy parecidas a las de las abuelas andaluzas.