Abro hilo
Las fotos de Juan Carlos I: el elefante era él
Unas imágenes exclusivas, una presunta corruptela de Alvise y la ‘Patrulla canina’, protagonistas en las redes

El rey Juan Carlos aterriza en Vigo tras pasar unas horas en Vitoria / Cabalar


Daniel G. Sastre
Daniel G. SastrePeriodista
Periodista. Profesor asociado en la UB.
Las fotos que han salido por fin a la luz esta semana de Juan Carlos I confirman que la relación del rey emérito con los elefantes no se acotaba a las obscenas cacerías que, a la postre, provocaron su caída en desgracia. El propio Juan Carlos era el elefante en la habitación, el jarrón chino mastodóntico que todo el mundo sabía que estaba allí pero al que nadie nunca se refería. Porque, ¿hay alguien realmente sorprendido por las fotografías con Bárbara Rey? ¿A cuento de qué tanto escándalo en las redes sociales?
El auténtico valor de las imágenes es que ayudan a señalar por fin con el dedo al elefante de la habitación, si no es que prueban que ya no está allí. Un día se anuncia que Juan Carlos de Borbón va a sacar sus memorias en una editorial francesa y al siguiente se publican en una revista también extranjera las escandalosas fotografías. ¿Causa y consecuencia o maniobra lampedusiana? Hay opiniones para todos los gustos, pero a muchos usuarios lo que les preocupa es si se gastó dinero público en ocultar las aventuras del rey emérito. "Cuando estaba en el congreso registré unas preguntas relacionadas con los fondos reservados del Estado y las amantes de Juan Carlos I. Entre ellas, Bárbara Rey. La Mesa ni siquiera las admitió a trámite", recuerda por ejemplo el exdiputado Joan Mena en X.
Pero que 30 años de murmullos –parece que las fotos son de 1994– y supuestos chantajes sofocados con el dinero de todos no nos estropeen el día. En las plataformas digitales, la noticia ha servido, sobre todo, para el cachondeo y para hacer leña del árbol caído. "La reina Sofía empieza a sospechar que su marido le fue infiel con Bárbara Rey", publica @elmundotoday en X. "En Totana, pueblo natal de Bárbara Rey, pusieron la calle en su honor junto a la avenida de Juan Carlos I. Unos visionarios", observa @antoniogrema.

El rey Juan Carlos I en la entrega de premios de la regata del Trofeo Turismo de Galicia / Lavandeira Jr
El otro escándalo que esta semana ha agitado las redes sociales ha sido el cobro de 100.000 euros en billetes por parte de Alvise Pérez a un oscuro 'empresario' (denme comillas más grandes) vinculado a las criptomonedas. La primera pregunta que surge a los menesterosos es: ¿cuánto ocupan 100.000 euros en 'cash'? ¿Caben en una mochila normal? Es un enigma que Alvise, flamante eurodiputado, no resuelve en el vídeo que ha colgado para admitir el delito –el de no declarar ese pago, de momento– y para pronunciar frases como "no voy a esperar a ningún juicio, soy culpable de ejercer legítima defensa contra el terrorismo fiscal del Estado", "cobrar una actividad legal y no hacer factura es muchas veces la única salida que les queda a los trabajadores españoles", "no soy yo quien está en juicio, es el sistema mismo", "díganme: ¿quién de ustedes no ha hecho concesiones, pequeños sacrificios de moral, para llegar donde está?", "todo impuesto que podáis evitar pagar, no lo paguéis".
Viendo el vídeo, cabe preguntarse cuántos de los más de 800.000 votantes que Alvise tuvo en las europeas se estarán arrepintiendo ya de su voto y cuántos seguirán encandilados por el amasijo de topicazos y cuñadeces de su discurso. En los audios que se están filtrando de sus conversaciones con el empresario, Alvise era menos idealista y más pragmático. "Seré llave de gobierno con Feijóo y Abascal", prometía para insinuar futuros favores al donante.
Quizás porque no le conocían esa cara tan cercana a la política de toda la vida, muchos de sus seguidores en Telegram están empezando a desertar. "Si el audio que acabo de escuchar es cierto, aquí se acaba nuestra relación, Alvise", escribía uno. "Eres igual que todos, podrido", decía otro. "Menos mal que nos has engañado poco tiempo", se conformaba un tercero. Pero de momento aún no se puede 'desvotar' a nadie.

Archivo - Luis 'Alvise' Pérez Fernández / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
El 3Cat, la marca que engloba a los medios de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, tiene una gran noticia que dar a los pequeños de la casa: Chase y el resto de miembros de la 'Patrulla canina' hablarán a partir de ahora también en catalán. La plataforma doblará la exitosa serie, pero, por cuestiones relacionadas con las búsquedas en internet –si la nueva versión se llamara también 'Patrulla canina', como en castellano, muchas se perderían–, se necesita un nuevo nombre. El original es 'Paw patrol', y hay un cierto margen de maniobra, y se ha pedido a la audiencia que se pronuncie.
La presidenta de la 'Corpo', Rosa Romà, explicó en el Afterwork de EL PERIÓDICO que esa encuesta forma parte de la voluntad de "interactuar constantemente con la comunidad" que desde que está en el cargo ha implantado como manera de funcionar. El objetivo es el mismo que tienen todos los medios tradicionales en esta época de transición: no perder el tren del futuro, ir hacia donde está la audiencia, que es cada vez más el medio digital.
Las opciones para el nombre de la 'Patrulla canina' en catalán son tres: 'La patrulla peluda', 'La quisso patrulla' y 'La patrulla lladruc'. Pero una de las características de la interacción con la audiencia es que es difícil ponerle puertas al campo, y las redes sociales han servido para que los usuarios den muestra de inventiva. En principio, parecía mentira que se hubiera descartado un nombre tan redondo y tan sonoro como 'Patrulla peülla' –patrulla pezuña–, pero es que desde la propia cadena recuerdan que los perros no tienen pezuñas. El presentador Òscar Andreu, también vinculado con 3Cat, subraya en X que se descarto 'Patrulla potetes' por "una cuestión relacionada con la fonética de buena parte de los hablantes del dominio lingüístico". Y por motivos obvios tampoco se aceptará la propuesta de @EnricGoma: "'Brigada cagada', en recuerdo de todos los cagarros de perro que encontramos por la calle".

'La patrulla canina'. / EL PERIÓDICO