Cuestión de calidad
Cinco alimentos que no deberíamos congelar bajo ningún concepto y aún así lo hacemos
¿Es bueno congelar la carne el mismo día que caduca?
¿Cómo congelar comida y no desperdiciarla?

PI Studio
Ir a comprar cada día es complicado. Sobre todo, si todas las personas que forman el hogar trabajan y/o son menores y no pueden hacerla.
Por eso, muchas personas optan por los platos precocinados o la comida rápida. Y algunos pocos, aprovechan los fines de semana o los días que tienen fiesta para cocinar y congelar los platos ya cocinados, lo cual es una buena forma de ahorrar dinero y cuidar la salud: siempre tendrá menos conservantes y colorantes un plato cocinado con productos frescos en casa que uno precocinado o hecho de forma industrial.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que congelar ciertos alimentos puede afectar a sus propiedades, por lo que convendría evitar ciertos casos. Si bien es cierto que meter la comida en el congelador permite mantenerla en condiciones óptimas durante más tiempo, en algunos casos se produce el efecto contrario y puede ser, incluso, perjudicial para la salud.
He aquí cinco alimentos que no debes congelar nunca:
Los huevos no hay que congelarlos nunca enteros, sobre todo si van con la cáscara, porque pueden estallar y romperse en el congelador. Esto ocurre porque el líquido del alimento se expandiría, lo que hace que explote. Por eso, los huevos solo pueden congelarse si previamente se separa la yema de la clara. Además, tampoco es nada recomendable congelar los huevos cocidos, porque pierden el sabor y su textura cambia a una consistencia gomosa y dura.
Aunque la mayoría de verduras del mercado pueden congelarse, aquellas que se comen crudas no llevan muy bien los grados bajo cero. Hablamos de verduras como el tomate o las hojas secas que, al congelarse no mantienen su aspecto, ni textura o sabor. Por lo que, si es la única opción, conviene primero hervirlas o cocinarlas para que conserven sus propiedades.
Son uno de los productos que siempre hay que tener en la nevera, y deben ser base en nuestra alimentación para llevar un estilo de vida saludable. Sin embargo, todas sus vitaminas y nutrientes desaparecen casi en su totalidad y su textura y aspecto empeoran notablemente. Las únicas frutas que sí puedes congelar son el plátano y los frutos rojos, y por eso son una buena opción para incluir en batidos saludables, especialmente en verano.
Es preferible evitar congelar platos con salsas, especialmente si estas contienen mayonesa o salsa rosa, ya que corren el riesgo de cortarse y producir indigestiones. Tampoco conviene congelar postres caseros como tartas, pasteles o tortas, porque no tienen conservantes ni ingredientes que mantengan su textura y condiciones una vez refrigerados y descongelados. Por último, los productos lácteos con alta concentración grasa -como algunos quesos- adquieren una textura grumosa e indeseable si se congelan.
Da igual cómo la cocines: no vale la pena congelar una patata si ya está cocinada, porque habrá perdido la fécula y, por lo tanto, no estará igual de buena cuando la descongeles, puesto que habrá cambiado la textura y, también, el sabor. La fécula es también el motivo de que no sea bueno congelarla cruda tampoco. Sin embargo, congelarla cruda en bolsas cerradas herméticamente es la solución para que no queden tan mal.
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