El secreto para un lavavajillas impecable: el truco del vaso

Mantener el lavavajillas en perfectas condiciones es clave para asegurar que tu vajilla salga reluciente en cada lavado. ¿El secreto? Una limpieza profunda con ingredientes caseros y sencillos.

El bicarbonato sódico y el vinagre blanco se convierten en aliados poderosos para dejar tu lavavajillas como nuevo en tan solo cuatro simples pasos.

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Paso a paso para una limpieza efectiva

1. Espolvorea bicarbonato sódico:

Esparce bicarbonato sódico por todo el interior del lavavajillas, asegurándote de cubrir cada área. Esta simple acción actuará como desodorizante y desengrasante, preparando el terreno para una limpieza profunda.

2. Utiliza vinagre blanco:

Llena un vaso con vinagre blanco hasta el borde y colócalo en el centro de la rejilla superior del lavavajillas. El vinagre, conocido por sus propiedades desinfectantes, eliminará depósitos de cal y gérmenes acumulados en las tuberías y aspas del aparato.

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3. Inicia un ciclo de lavado:

Selecciona un ciclo de lavado con la temperatura más alta que ofrezca tu lavavajillas. El agua caliente potenciará la acción del bicarbonato y del vinagre, eliminando grasa, desinfectando y eliminando malos olores. Cierra la puerta y deja que los ingredientes naturales hagan su magia.

4. Finaliza con un enjuague:

Una vez concluido el ciclo, retira el vaso con vinagre y asegúrate de que no haya residuos de bicarbonato. Inicia un ciclo de lavado adicional solo con agua para enjuagar cualquier resto.

¡Voilà! Con este sencillo ritual, tu lavavajillas estará reluciente, libre de grasa y sin malos olores. Este método de limpieza natural es efectivo y no requiere productos químicos agresivos.

Para mantener su eficacia, repite este proceso al menos una vez al mes.