Estudiantes de bachillerato que están estudiando la selectividad

Estudiantes de bachillerato que están estudiando la selectividad / Ricard Cugat

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El Periódico

Gestionar bien la salud mental en el entorno laboral es imprecindible para no infravalorarnos. Muchas personas sufren el síndrome del Impostor, creen que no merecen sus éxitos. Pero llevarlo al otro extremo también puede ser negativo. Este transtorno, "el del cuñado" recibe el nombre de Dunning-Kruger. Quienes lo padecen, tienden a sobrevalorar sus capacidades.

Las primeras investigaciones de este síndrome son de 1999, hace 24 años, y pertencen a David Dunning y Justin Krugen, de ahí que reciba este nombre. En sus estudios, los científicos hablaban de un "error de percepción", sobre uno mismo y también sobre los demás, a los que ven como "incompetentes".

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En España, este transtorno también recibe el sobrenombre de "síndrome del cuñado", haciendo referencia a aquellos que creen saber de todos los temas al entablar conversaciones. Este fenómeno se ha multiplicado en las redes sociales, en las que muchos usuarios creen ser expertos de casi todo.

Hay varias maneras de detectar a alguien que sufre el Dunning-Kruger. Las maneras más fáciles de detectarlo es si una persona no es capaz de ver las capacidades de otros ni de reconocer sus propias limitaciones.