Psicología

¿Qué es la feniletilamina, el 'neurotransmisor del amor' que crea adicción?

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Una pareja de enamorados.

Una pareja de enamorados. / Shutterstock

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Las mariposas en el estómago no son lo único que se mueve en nuestro interior cuando estamos enamorados. Existen multitud de sustancias químicas que se liberan cuando el sentimiento de atracción hacia otra persona o la sobreexcitación aumentan. Entre las 'drogas naturales' que produce nuestro organismo, hay una en especial que se asocia a esta etapa: la feniletilamina.

Tal como recoge el portal especializado Psicología y Mente, se trata neurotransmisor que se relaciona directamente con el enamoramiento y todos los cambios que este provoca en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso. Englobado dentro del grupo de las anfetaminas, este aminoácido actúa estimulando la sensación de alegría, euforia y exaltación. Además, la secreción en altos niveles de feniletilamina deriva en la liberación de dopamina, lo cual, sumado a otros compuestos, explicaría la pérdida de apetito o la capacidad de una persona enamorada para prescindir del sueño que experimentan las personas cuando están enamoradas o tras el consumo de ciertas drogas o alimentos como el chocolate.

"Hasta que la química nos separe"

Aunque los más románticos crean que se puede estar enamorado toda la vida, nuestro organismo no opina lo mismo. La razón es bien sencilla: el cuerpo no puede aguantar tanto tiempo con los niveles de activación o excitación propios de esta etapa, de la misma manera que no es capaz de mantenerse eufórico en todo momento. Así pues, hay que dejar claro que, si bien puede llegar a durar semanas, meses e incluso años, el enamoramiento no dura para siempre.

Una cuestión muy diferente son los desamores o amores no correspondidos, situaciones en las que dejamos de producir este neurotransmisor y, consecuentemente, la euforia se torna tristeza y abatimiento en un proceso muy parecido al del síndrome de abstinencia en un adicto a las anfetaminas. Por suerte, como comentábamos anteriormente, alimentos ricos en feniletilamina como el chocolate, el plátano o el huevo pueden ayudarnos a paliar (dentro de lo posible) estos efectos.