Nuevo estudio

Si sufres dolor de cuello, vigila esto

No está relacionado con la posición que adoptamos a la hora de sentarnos en la silla, la postura que escogemos para dormir, ni en la forma en que cogemos las bolsas 

El dolor de cuello es uno de los más habituales y persistentes

El dolor de cuello es uno de los más habituales y persistentes / Foto de Keenan Constance en Unsplash

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Ya sabemos que la posición que adoptamos a la hora de sentarnos en la silla, la postura que escogemos para dormir, o incluso la forma en que cogemos las bolsas de la compra, pueden influir en nuestros dolores de espalda, pero ¿qué papel juega nuestra propia personalidad en todo esto?

Según un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Ohio, la angustia mental que provoca la disonancia cognitiva -encontrar información que contradice la forma de cada persona de actuar o lo que cada persona cree- puede aumentar la presión sobre el cuello y la zona lumbar al levantar y bajar objetos, según sugiere un nuevo estudio.

"Se puede estar en buena forma física, pero si no se piensa correctamente o de forma adecuada, o se tienen todos estos problemas mentales, la columna vertebral no puede funcionar", ha expresado el autor principal, William Marras.

Mayor carga en las vértebras

Concretamente, cuando se comunicó a los participantes en el estudio que estaban realizando mal un experimento de descenso de precisión en el laboratorio, después de haberles dicho inicialmente que lo estaban haciendo bien, sus movimientos se relacionaron con mayores cargas en las vértebras del cuello y la parte baja de la espalda. Los resultados mostraron que cuanto mayor era la puntuación de disonancia cognitiva, mayor era el grado de carga en las partes superior e inferior de la columna vertebral.

Según los investigadores, este hallazgo sugiere que la disonancia cognitiva puede ser un factor de riesgo no identificado hasta ahora para el dolor de cuello y lumbar, lo que podría tener implicaciones para la prevención de riesgos en el lugar de trabajo.

El laboratorio de Marras lleva décadas estudiando las fuerzas que la vida diaria y el trabajo ejercen sobre la columna vertebral. Hace unos 20 años, descubrió que el estrés psicológico podía influir en la biomecánica de la columna vertebral, utilizando un diseño de estudio que consistía en tener una discusión falsa con un estudiante de posgrado delante de los participantes en la investigación.

"Descubrimos que, en determinados tipos de personalidad, las cargas en la columna vertebral aumentaban hasta un 35 por ciento", ha afirmado Marras. "Acabamos descubriendo que, cuando uno está sometido a ese tipo de estrés psicosocial, lo que tiende a hacer es lo que llamamos coactivar los músculos del torso. Se crea este tira y afloja en los músculos porque siempre estás tenso", ha comentado.

En este estudio, para llegar a esa conexión mente-cuerpo, decidieron fijarse en la forma de pensar de las personas y, con la disonancia cognitiva, en cuándo las personas se sienten perturbadas por sus pensamientos.

Diecisiete participantes en la investigación -nueve hombres y ocho mujeres de entre 19 y 44 años- completaron tres fases de un experimento en el que colocaron una caja de peso ligero dentro de un cuadrado sobre una superficie que se movía a izquierda y derecha, arriba y abajo.

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