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El truco casero para limpiar las puertas de madera

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Limpieza / Pexels / Cotton Bro

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La limpieza exhaustiva del hogar tiene en cuenta algunos aspectos que van más allá de espacios como los suelos o el mismo mobiliario. Elementos como las puertas, presentes en cualquier vivienda, muchas veces se pasan por alto, lo cual acaba dando lugar a la acumulación de polvo y suciedad en estos puntos de acceso a habitaciones.

Además, la mayoría de puertas están fabricadas con madera, ya que el económico precio de este material y sus características lo convierte en una opción más que recomendable. Por ello, también, es importante llevar a cabo una secuencia de pasos específica a la hora de limpiar estás piezas ubicadas en las entradas.

¿Con o sin barniz?

Antes que nada, hay que tener en cuenta si la puerta está barnizada o no. En caso de que no lo esté, primero se tienen que eliminar tanto el exceso de polvo como de suciedad. Para ello, basta con usar un paño seco o un plumero. A continuación, se limpian las marcas con un paño o esponja mojados con agua tibia y jabón para maderas, una mezcla a la que también se pueden añadir amoníaco o aceite de oliva y vinagre blanco, los cuales resultan más eficaces contra aquellas marcas más difíciles de retirar. Con la limpieza de la puerta ya completada, puede emplearse un abrillantador o aceite de almendra para conseguir un mayor brillo.

En cambio, si la madera está barnizada y queremos evitar dañarla durante la limpieza, habrá que sustituir alguno de los pasos mencionados por otros. Para empezar, la retirada del polvo y la suciedad se realizará con un paño húmedo, además de desinfectar toda la puerta con jabón especial combinado con vinagre blanco. Los siguientes pasos, por el contrario, seguirán siendo los mismos que en el caso de las maderas sin barnizar.