Intoxicaciones

Tira el salmón ya si le ves esto

Tira el batido si le ves esto

Si ves esto en la pechuga de pollo, tírala de inmediato

Si ves esto en la piña, tírala de inmediato

Si ves esto en las verduras, tíralas de inmediato

Trocitos de salmón fresco

Trocitos de salmón fresco / MARTA JORDI

Pedro G. Cuesta

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El salmón es un pescado cuya versatilidad a la hora de cocinar e integrarlo en diferentes recetas, además de su sabor y valor nutricional, permite que su presencia se extienda por diferentes platos y gastronomías. Por desgracia, uno de los puntos negativos de este producto es su rápido deterioro y los riesgos que implica para la salud su consumo cuando deja de estar fresco.

Antes que nada, identificar el estado en el que se encuentra el salmón va directamente asociado a la manera en la que este se conserva. Es decir, no presentará las mismas señales de deterioro un salmón completamente crudo que uno congelado.

Salmón crudo

A diferencia de otros productos, identificar si una pieza de salmón se ha echado a perder es realmente sencillo. Para ello, simplemente basta con fijarse en su apariencia, olor y textura, así como en la consistencia del pescado. Cuando el salmón está fresco desprende un aroma ligero y casi indetectable, algo totalmente contrario al hedor que se nota cuando se pudre. En cuanto al color, este debe ser rosado o anaranjado y con rayas blancas. De no ser así, cuando la piel del pescado se vuelve amarillenta será indicativo de que ya no está en buen estado.

Asimismo, la textura del salmón debe ser brillante y sentirse húmeda al tacto. Ahora bien, si se vuelve viscosa y pegajosa, la pieza se deberá tirar de inmediato. Esta textura va de la mano con la consistencia del pescado, que pierde su firmeza y se desmenuza en cuanto se echa a perder.

Salmón congelado

Si el salmón se congela, percibir algunas de las características comentadas anteriormente resultará más complicado. Así pues, para saber si se conserva todavía o no, habrá que atender a otros indicadores como la fecha de caducidad, la cual cuenta con un margen de uno o dos días.

De todas maneras, después de descongelarse puede aparece alguna de las señales mencionadas, la cual evidencie el deterioro del pescado.

Tipos de intoxicación

Con todo, puede pasar que alguno de los puntos comentados se pasen por alto y, finalmente, se ingiera un trozo de salmón en mal estado. En dicho caso, es posible que al cabo de 48 horas aparezcan distintos síntomas según la gravedad de la intoxicación. Por una parte, si los efectos son leves, simplemente se sufrirá de dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea, además de otros síntomas menos comunes como la fiebre y los mareos.

Por otra parte, si se trata de una intoxicación grave, las afecciones se trasladarán al sistema cardiovascular y neurológico, provocando un descenso en la tensión arterial, entumecimiento y parestesia, sabor metálico, trastorno de sensibilidad al calor, picor, parálisis o confusión.