Más allá del azúcar

Parece inofensivo, pero… ¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando comes chicle?

Este superalimento frena en seco los resfriados y la gripe

La sociedad lleva más de 2.000 años masticando resina y goma y ha llegado hasta hoy, así que no será tan malo. ¿O sí?

Chicle

Chicle / Pexels / Karolina Grabowska

Alexandra Costa

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Delicioso para algunos, molesto para otros, la realidad es que el chicle forma parte de la sociedad. ¿Sabías que la costumbre de mascar pastillas aromatizadas viene de la antigua Grecia y el antiguo Egipto? En esas épocas ya surgió el hábito de masticar trozos de plantas y de resinas de árboles, indican los historiadores. Pero fueron los mayas quienes vieron un filón en la resina de los nísperos. Haciendo un corte en forma de Z, brotaba una especia de líquido que, cuando se trataba, adquiría una textura muy similar a la del chicle actual. El nombre que recibió en un primer momento fue 'sicte', que significa sangre o fluido vital. Comerciaron con él entre los pueblos mesoamericanos y su uso se extendió hasta hoy, ya sea por moda, como una forma de relajarse o, incluso, como un gesto de mala educación. Sea como fuere, llevamos más de 2.000 años comiendo chicle y aquí estamos, así que no será tan malo. ¿O sí?

Con una buena higiene bucal, las ventajas de masticar algo de manera prolongada son varias. Por un lado, ayuda a mejorar la salud bucal al aumentar la producción de saliva en la boca. También favorece a reducir el estrés y la ansiedad. Al igual que los caramelos, palia la presión auditiva que se genera en los vuelos de avión o a cierta altura. Puede liberar endorfinas, que son sustancias químicas que producen una sensación de bienestar y felicidad en el cerebro. Genera una sensación de saciedad, tal y como precisa un artículo publicado en la revista 'Physiology & Behavior'.

La lista de beneficios y desventajas es larga

Algunos estudios evidencian que los chicles disminuyen los niveles de cortisol presentes en la saliva. Esta hormona se libera como respuesta al estrés y a un índice bajo de glucosa en la sangre y el fabricante Mars Wrigley concluyó en un estudio que la rebajaba un 16%. Quizás no te suene este nombre, pero sí las marcas que produce: los Boomer MaxiRoll, Orbit, Hubba Bubba y 5. Además, los ensayos revelaron que mascar chicle puede aumentar la concentración y el rendimiento cerebral a la hora de desarrollar actividades multitarea, llegando incluso a mejorar un 109% los resultados.

Pero comer chicle también comporta una retahíla de desventajas para la salud más allá del exceso de azúcar y la aparición de caries y sarro, que es de lo que centra este artículo. Las enumeramos:

Algunos chicles llevan aspartamo

El aspartamo es uno de los edulcorantes que usan en la elaboración de los chicles sin azúcar para que sigan siendo dulces. Este ingrediente contiene la sustancia fenilalanina, que es dañina para todas aquellas personas que sufren de fenilcetonuria, una enfermedad hereditaria que afecta el cerebro.

Dolor en la mandíbula

El acto repetitivo y continuo de mascar puede provocar daños en la mandíbula y producir dolor en esa área y hasta en el cuello. Además, puede alterar el cierre adecuado de la boca si se mastica un chicle con mucha fuerza por el desgaste de la articulación temporomandibular.

Efecto laxante y problemas gástricos

Los chicles sin azúcar suelen contener sorbitol. Es un laxante que, si se ingiere en exceso, provoca diarrea crónica y dolor en el estómago. Muchas marcas ya alertan de sus efectos secundarios en el 'packaging' y los expertos recomiendan consumir como máximo cinco gramos de sorbitol a la semana.

Por otro lado, si se consumen en exceso, con o sin azúcar, producir gastritis, cólicos y gases intestinales

Exceso de azúcar, caries y sarro

Como cualquier otra golosina, un chicle está elaborado a base de azúcar refinado, aditivos y otros componentes químicos. Esto fomentar la ingesta de alimentos de bajo aporte nutricional y la aparición de caries y sarro, especialmente en los niños. Con una buena limpieza tras su consumo se puede evitar. Otra opción es consumirlos sin azúcar

Enemigo de la ortodoncia y del esmalte

Los chicles pasan de ser inofensivos a ser el peor enemigo de las personas que llevan ortodoncia. Se mete entre los apliques dentales y cuestan mucho de limpiar, hasta el punto de tener que recurrir al dentista. Incluso pueden despegar los 'brackets'. Por otro lado, si su consumo es prolongado, hay el riesgo de desgastar el esmalte de los dientes.