Producto típico navideño

El mejor método para guardar el jamón una vez cortado y que no se ponga malo

Jamón cortado a cuchillo y emplatado, listo para ser degustado

Jamón cortado a cuchillo y emplatado, listo para ser degustado / Efe

Pedro G. Cuesta

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Uno de los productos navideños típicos en las fiestas navideñas es el jamón. Ya sea ibérico, de bellota o blanco, el alimento 'tipical Spanish' es, cada vez más, un imprescindible en las mesas de todos los hogares españoles.

Además es, junto con turrones y polvorones, un clásico de las cestas navideñas, junto a una amplia variedad de embutidos, que van desde el salchichón y el chorizo ibérico a los quesos manchegos, pasando por la sobrasada y la butifarra d'ou o la patatera extremeña.

Si te han regalado una pata de jamón o has decidido comprar una, tienes que proveerte también de un buen cuchillo jamonero y un portajamones o soporte para jamones. Cortar jamón es todo un arte y anualmente se celebran concursos para elegir a los mejores cortadores de jamón, pero la clave para hacerlo bien es hacer lonchas finas -transparentes, dicen los expertos- y lo más grandes posible.

Para conservar la pata de jamón una vez empezada, lo mejor es untarlo con su propia grasa -la película blanca que precede a las lonchas rojitas de la carne- y cubrirlo con papel de horno. Posteriormente, hay que cubrirlo con un trapo o servilleta de tela limpio y seco. Conviene dejar la pata bien tapada en la cocina, alejada de fuentes de calor y luz (es decir, lejos de radiadores y ventanas).

Conviene consumirlo enteramente antes de que pase un mes -aunque es un producto que no caduca- para que no pierda sabor y frescura.

Cortar y envasar

Otra forma de que se conserve perfectamente es cortar toda la pata entera y envasarla al vacío en paquetes de unos 100 gramos, que se pueden congelar o conservar en la nevera para consumir cuando se guste. Si en casa no os veis capaces de hacerlo, llevarlo a un carnicero o jamonero de confianza para que os lo haga. Os costará unos 20 o 30 euros y lo tendréis disponible para cuando os apetezca consumirlo.

Eso sí, conviene abrir el paquetito 10 o 15 minutos antes de consumir y, si se mantiene en nevera, sacarlo de la misma un par de horas antes de emplatarlo, dependiendo de las condiciones atmosféricas.

Otro truco para no esperar tanto es ponerlo bajo el agua templada tirando a caliente un par de minutos y luego abrirlo y dejarlo airear esos 10 minutos para quitarle el sabor a plástico.