Nutrición

¿Qué alimento te da un chute de energía y felicidad?

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Un hombre salta

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Alexa Fuentes

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Los frutos secos son de los alimentos más denostados, puesto que contienen bastante grasa y calorías. Sin embargo, y en contra de la opinión generalizada, no solo no engordan, sino que contribuyen a controlar la obesidad, tal y como confirman varios estudios científicos. 

Los especialistas sostienen que no existe correlación entre la ingesta de frutos secos y el sobrepeso o la obesidad, puesto que representan un combustible necesario y beneficioso para el organismo. Aportan grandes dosis de energía y tienen una importante capacidad saciante, ya que son ricos en proteína y fibra.

Sin embargo, hay que consumir los frutos secos de forma moderada y al natural, sin aceites ni sales añadidas. Los expertos recomiendan consumir todo tipo de frutos secos, pero recuerdan que las nueces -ricas en ácidos poliinsaturados y omega 3- son las que mejor se complementan con la dieta mediterránea, mientras que en la dieta anglosajona, que utiliza el aceite de maíz, resultan más aconsejable comer pistachos, almendras y avellanas, que poseen ácidos monoinsaturados, una grasa similar a la del aceite de oliva.

Felicidad extra

Uno de los frutos secos más habituales en verano son las pipas, en concreto, las de girasol. Tiene un gran aporte de minerales y vitaminas -magnesio, hierro, cobre, zinc, vitaminas del grupo B, proteínas y ácidos grasos esenciales-, por lo que aporta energía y disminuye los efectos del estrés, porque ayudan a regular el estado de ánimo gracias a su alto contenido en triptófano, un aminoácido importante para producir serotonina, la hormona asociada a la felicidad y al bienestar.

Además, son antioxidantes, antimicrobianas, antidiabéticas, antiinflamatorias, combaten la tensión alta y son antivirales. Y como también son ricas en ácidos poliinsaturados, favorecen la actividad cerebral y la memoria.

Son perfectas para consumir solas o para añadir a ensaladas u otros alimentos, pero hay que tener cuidado, porque su alta concentración calórica hace que sea aconsejable moderar su consumo.