Es muy típico beber la cerveza así en verano pero es un error

Una jarra de cerveza

Una jarra de cerveza

Alexa Fuentes

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Cuando llega el calor, los bares y terrazas se llenan de sedientos. Y para hacer frente al sol y las altas temperaturas, son muchos los que optan por tomar unas cañas de cerveza como método perfecto para refrescarse. Y eso, a pesar de que la cerveza es una bebida que, lejos de hidratar, deshidrata por su contenido en alcohol.

De hecho, muchos de los síntomas de la resaca, la consecuencia más visible de los excesos de alcohol sobre el organismo, tienen que ver con la deshidratación.

Copa helada

Otro error común a la hora de consumir cerveza es pedirla en copa helada. Los expertos se llevan las manos a la cabeza y señalan que, si se quiere beber algo tan frío, se beba agua. Agua fresquita.

Las razones son múltiples. La primera, es que un congelador atrapa los aromas y sabores de los alimentos que se conservan en ellos y estos acaban en las jarras. Además, los vasos de cerveza congelados suelen tener cristales de hielo en su paredes, lo que impide la correcta formación de la espuma de la cerveza, algo que es fundamental para degustarla.

Lo importante de la bebida es precisamente la temperatura a la que se sirve y eso depende mucho del tamaño, del formato en el que se pida -lata, botellín, vaso, jarra...- y de la variedad que se elija.

Temperatura ideal

Porque, dependiendo del tipo de cerveza, la temperatura a la hora de servirla será una u otra, y hay que saber la temperatura adecuada para cada una de ellas. Por ejemplo, las lager se deben servirse más frías que las ale. Si son cervezas fuertes o de mayor grado de alcohol, requieren una mayor temperatura para poder apreciar los matices. Las cervezas oscuras precisan también mayor temperatura que las claras.

Las empresas cerveceras suelen indicar a qué grados deben servirse sus productos. Sin embargo, conviene que el líquido esté un poco más frío de lo recomendado, para compensar los grados de diferencia con el vaso o incluso de las manos de la persona que la sirve.

En cualquier caso, los expertos inciden en que hay que olvidarse de la copa o vaso helado si se quiere disfrutar al máximo de una buena cerveza.