¿Estás limpiando mal? Así puedes hacerlo de forma correcta

Una persona limpia la grifería de un baño con una bayeta y amoniaco.

Una persona limpia la grifería de un baño con una bayeta y amoniaco. / Marta Jordi

Vega S. Sánchez

Vega S. Sánchez

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La pandemia ha cambiado los hábitos de limpieza. Sobre todo, en cuanto a los productos que se utilizan para higienizar objetos y estancias y viviendas.

Y no solo por temor a la propagación del covid, sino porque, debido precisamente a él, muchas personas se han vuelto misofóbicos (con odio o temor exagerado a los microbios).

En una encuesta realizada el año pasado, en la que participaron 2.000 adultos estadounidenses, el 42% de ellos se describen así: misofóbicos.

¿Limpiar o desinfectar?

Y ese es un dato provocado por la pandemia, que ha hecho que los ciudadanos de cualquier punto del mundo no nos centremos solo en limpiar, sino que vayamos más allá y desinfectemos.

¿Cuál es la diferencia entre una cosa y otra? Pues es muy sencilla: cuando se limpia, se eliminan manchas u objetos que están en la superficie, ya sea polvo o pelos. Pero cuando se desinfecta, se mata virus y bacterias, microorganismos que no se ven a simple vista.

Carne cruda o pescado

Y ahí es donde radica el quid de la cuestión. Puede que sea necesario limpiar todos los días algo -por ejemplo, la encimera de la cocina-, porque queden restos de pan o algún líquido. Pero si no has puesto carne cruda o pescado sin cocinar en ella, quizás no sea necesario que la desinfectes.

Tampoco es necesario desinfectar el inodoro o el lavabo a diario. De hecho, no es nada recomendable.

¿Por qué? Porque el uso excesivo de ciertos desinfectantes, como los compuestos de amonio cuaternario -producto derivado del amoniaco- puede aumentar el riesgo de resistencia a las bacterias y virus, como sucede con los fármacos antibióticos a la hora de combatir una enfermedad.

Agua y jabón

El agua y el jabón se ha demostrado como un potente limpiador antimicrobios cuando se produce espuma -de hecho, es el antiséptico más recomendado para eliminar el coronavirus en la piel- pero no es tan efectivo si se trata de eliminar microbios de superficies inertes como encimeras, pasamanos y grifería, por ejemplo.

En este último caso, es preferible -y más efectivo- usar desinfectantes como el cloro, el alcohol isopropílico, el etanol, el peróxido de hidrógeno y los limpiadores hechos a base de amonio cuaternario.

Cómo usar los desinfectantes

La forma en que se aplican los desinfectantes también es importante, porque casi nadie hace caso de las indicaciones que hay en ellos. Es decir, como en casi todos los productos, en los desinfectantes hay instrucciones que te indican no solo la dosificación del producto, sino también cuánto tiempo hay que dejarlos para que sean efectivos.

Es decir, no vale con echar o pulverizar el desinfectante sobre una superficie y luego retirarlo con una esponja o paño, sino que hay que dejarlo actuar el tiempo indicado.

Tiempo de actuación

Por ejemplo, las soluciones con cloro hay que dejarlas actuar de uno a diez minutos. Las soluciones a base de alcohol no hay que retirarlas, sino que se evaporan, y hay desinfectantes hechos a base de plantas o hierbas que necesitan de hasta 30 minutos para hacer efecto. Por ejemplo, el vinagre de casa, es un desinfectante botánico popular, pero no es tan eficaz contra los microbios como el alcohol o el cloro.

De hecho, el vinagre no es efectivo contra el SARS-CoV-2, el virus del covid. Según un estudio, el virus siguió activo tras estar cinco minutos con una potente solución de vinagre.

En resumen, si abusas del desinfectante o usas alguno menos tiempo del debido, no estás limpiando las superficies de virus y bacterias, y bastaría con usar agua para quitar las manchas o dejar la superficie limpia... a simple vista.