Agricultura

¿Pueden los celíacos ingerir avena? La ciencia resuelve el misterio

Un estudio descifra el genoma de este cereal y revela sus beneficios para la salud

Bol de avena.

Bol de avena. / Agencias

Ramón Díaz

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Más de 70 millones de personas padecen celiaquía en el mundo. Solo en España, unas 900.000 personas sufren alergia o intolerancia al gluten. Pero hay estudios que elevan esa cifra hasta los 4 millones y que aventuran que por cada celíaco diagnosticado hay cinco que lo son y lo desconocen. Es sabido desde hace tiempo que los celíacos deben evitar los alimentos elaborados con trigo, cebada y centeno, pero hasta ahora ha habido entre los científicos discrepancias sobre el papel de la avena, porque no estaba claro si contiene gluten. Un nuevo estudio ha desvelado el misterio.

La enfermedad celíaca es una afección autoinmune que daña al revestimiento del intestino delgado. El daño proviene de una reacción a la ingestión de gluten, una proteína contenida en el grano de algunos cereales. La incidencia de esta enfermedad se ha quintuplicado en los últimos 25 años.

Un equipo internacional de investigadores ha descifrado el genoma de la avena y ha concluido que este cereal podría ser adecuado para la mayoría de las personas con enfermedad celíaca e intolerancia al gluten.

La investigación, publicada en ‘Nature’, ha permitido conocer la secuencia del genoma y, en consecuencia, comprender mejor qué genes son responsables de las alergias e intolerancias.

Michelle Colgrave, coautora del estudio, destacó el interés del equipo en descubrir por qué los productos elaborados con avena provocan menos alergias e intolerancias en comparación con otros cereales, como el trigo o el centeno.

"Descubrimos que la avena tiene menos cantidad de las proteínas que corresponden al gluten en el trigo y provocan reacciones inmunológica de las personas con enfermedad celíaca".

"Esto nos permitió confirmar, tanto a nivel de genes (ADN) como de proteínas, que la avena contiene menos secuencias de proteínas que se sabe que desencadenan alergias e intolerancias alimentarias", añadió.

Enfermedades del corazón

En comparación con otros cereales, la avena también contiene una proporción mucho mayor de betaglucanos, moléculas que reducen los niveles de colesterol en la sangre y que tienen un efecto positivo en las personas con enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2.

Otro de los investigadores, Jason Tye-Din, apuntó que la investigación brinda "tranquilidad" sobre la seguridad de la avena para las personas con enfermedad celíaca y acerca un paso más a ver su inclusión segura en las dietas sin gluten.

Campo de avena.

Campo de avena. / Pixabay

"La preocupación de que la avena albergue proteínas similares al gluten que puedan ser dañinas para las personas con enfermedad celíaca ha significado que en Australia y Nueva Zelanda (también en otros muchos países), la avena actualmente esté excluida de la dieta sin gluten", explicó.

Los investigadores resaltaron que las personas que siguen una dieta sin gluten altamente restrictiva consumen menos granos integrales y pueden sufrir tasas más altas de enfermedades del corazón. "Pero la inclusión de avena podría superar muchos de esos efectos adversos", subrayan.

"Los hallazgos de este estudio nos dicen que los genes que codifican secuencias similares al gluten potencialmente dañinas son poco frecuentes (en la avena), se expresan en un nivel bajo y es menos probable que las secuencias desencadenen inflamación", detalló Tye-Din.

"Estas características significan que la avena tiene similitudes genómicas y proteicas más cercanas al arroz, que es seguro para la enfermedad celíaca, que al trigo y otros cereales ricos en gluten», añadió.

Pero la avena no solo es interesante por sus beneficios innatos para la salud; su cultivo también requiere menos tratamientos con insecticidas, fungicidas y fertilizantes en comparación con otros cereales. Gracias a estos nuevos conocimientos sobre el genoma de la avena, ahora se puede acelerar la reproducción y el cultivo de avena más nutritiva y sostenible.

Huella de carbono baja

De hecho, según los investigadores, los hallazgos podrían impulsar la industria de la avena, al proporcionar nuevos conocimientos sobre variedades que son más nutritivas y más resistentes a la sequía y las enfermedades.

"La investigación permite identificar no solo las proteínas asociadas con los rasgos similares al gluten en la avena, sino también las características que pueden aumentar el rendimiento de los cultivos y mejorar los perfiles nutricionales", expresó la también coautora del estudio Angéla Juhász.

Granos de avena.

Avena. / Pixabay

El informe resalta que la avenaL, una de las fuentes de calorías más alta y equilibrada que existe, tiene "una huella de carbono baja, beneficios sustanciales para la salud y el potencial para reemplazar los productos alimenticios de origen animal".

Los nutricionistas resaltan que los cereales integrales son parte importante de una dieta saludable. Son buenas fuentes de carbohidratos complejos y de algunas vitaminas y minerales clave. Son asimismo ricos en fibra, por lo que ayudan a sentirse lleno y satisfecho, lo que facilita el mantenimiento de un peso corporal saludable. Además, comer alimentos integrales puede reducir la presión arterial.

Pero entre los celíacos ingerir gluten desencadena una respuesta inmune en su intestino delgado. Con el tiempo, esta reacción daña el revestimiento del intestino delgado y evita que absorba algunos nutrientes. El daño intestinal a menudo causa diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón y anemia. Y puede conducir a complicaciones graves.

Una dieta sin gluten es esencial para controlar los signos y síntomas de la enfermedad celíaca y otras afecciones asociadas con el gluten, incluida la sensibilidad al gluten no celíaca, la ataxia al gluten y la alergia al trigo. Las opciones en una dieta libre de gluten son el trigo sarraceno, el maíz, el lino, el mijo, la quinoa, el arroz… y ahora también la avena.

Informe de referencia: https://www.nature.com/articles/s41586-022-04732-y

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es