Delitos ecológicos

El tráfico ilegal de arañas: un problema ecológico emergente y sin control

El comercio de hasta 1.200 tipos de arácnidos no deja de crecer y el 67% de las especies se capturan en su entorno natural

El tráfico ilegal de arañas sigue creciendo

El tráfico ilegal de arañas sigue creciendo / Pinterest

Verónica Pavés

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El comercio ilegal de animales pone en jaque la supervivencia de un sinfín de especies. Los científicos han alertado durante años de los problemas que acarrea este comercio clandestino en todo el globo, pues amenaza tanto a las especies comercializadas como a sus ecosistemas asociados y, además, permite la propagación de animales exóticos. En los últimos años ha crecido el tráfico ilegal de todo tipo de arañas como mascotas exóticas, lo que está suscitando un problema ecológico de primer y que permanece fuera de control.

Tarántulas, arañas y escorpiones forman parte de las más de 1.200 especies de arácnidos se han comercializado o se comercializan actualmente en todo el mundo y el 80% de ellas no se controlan. Así lo concluye un estudio publicado en la revista Communications Biology en el que se advierte de los problemas que está generando este mercado emergente sin regulación. Para llegar a sus conclusiones la investigadora del departamento de ciencias biológicas de la Universidad de Hong Kong Alice Hughes y sus colegas investigaron el comercio mundial de arácnidos entre los años 2000 y 2021.

El comercio de arácnidos se aprovecha de un amplio vacío legal. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) solo ha regulado el régimen jurídico de una pequeña fracción de estas especies. Ejemplo de ello es que, de las 52.060 especies conocidas de arañas, solo 39 están reguladas en el mercado.

Ejemplar de tarántula azul

Ejemplar de tarántula azul / Hablemosdeinsectos

También se desconoce en la mayoría de casos su estado de vulnerabilidad, pues del más del millón de especies conocidas de invertebrados, menos del 1% había sido evaluado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Pero si hay algo que preocupa a los investigadores es el alto porcentaje de estos arácnidos que se sustraen directamente de su medio natural. Según los informes, dos tercios de los animales de todas las especies comercializadas fueron capturados en la naturaleza. Los más populares, los escorpiones emperador, fueron capturados en su entorno natural hasta en el 77% de las ocasiones investigadas. Un millón de individuos fueron importados a los Estados Unidos.

Solo 1 de cada 10 animales sobrevive

Esto último podría tener un impacto negativo en las poblaciones silvestres si las capturas siguieran al ritmo actual, pues podrían rebasar el límite ecológico. La amenaza para la supervivencia de las especies con las que se trafica es una de las consecuencias del tráfico ilegal de animales. A esto se une las penosas condiciones de transporte a las que están sometidos los animales objeto de tráfico comercial. De hecho, solo uno de cada 10 sobrevive al viaje.

Durante el trayecto, son introducidos en tubos de PVC (la mayoría aves), en dobles fondos de maletas, asfixiados en abrigos de pasajeros, atados por todas sus extremidades en cajas o en recipientes agujereados de todo tipo sin recibir agua o alimentos en cientos de kilómetros por agua, tierra o aire.

Animal enjaulado

Animal enjaulado / Agencias

Otra de las consecuencias es la destrucción del hábitat y la pérdida de biodiversidad por la alteración de los ciclos de vida del ecosistema. Este problema es de tal calibre que llega a afectar la sociedad humana, pues cualquier cambio natural afecta a las actividades económicas. Además, al introducir especies salvajes en otros países donde no están presentes, estos animales pueden alterar la vida silvestre autóctona convirtiéndose, normalmente, en superdepredadores, o introduciendo enfermedades que los otros animales no han combatido nunca.

España, puerta de entrada

Pese a las advertencias de la comunidad científica y las peticiones por establecer una regulación más firme, el comercio ilegal de especies sigue creciendo cada año hasta el punto de que es considerado el tercer sector de crimen organizado más grande del mundo. España es uno de los puntos calientes y puerta de entrada de aves, reptiles y pequeños simios procedentes de África y América.

Según un estudio publicado en la revista ‘Science’, el 60% de las especies de animales salvajes se venden de forma clandestina. En este sentido, el 18% de las especies de vertebrados que existen en nuestro planeta (lo que representa 5.579 especies) se comercializan ya a nivel mundial, aunque este tipo de tráfico está prohibido en muchos casos.

No es de extrañar, pues, pese a todo el daño que causa a los animales y a los ecosistemas, este sigue siendo un negocio muy rentable. Según Naciones Unidas, el tráfico de animales salvajes mueve entre 10.000 a 20.000 millones de euros al año. La moda, el mascotismo, el ocio y el turismo y hasta la medicina han encontrado un hueco para aprovecharse de este mercado negro.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es