Cambio climático

La temperatura mundial, desbocada: superó en 1,1ºC los niveles preindustriales en 2021

La Organización Meteorológica Mundial reclama “medidas contundentes y urgentes” para evitar el colapso climático

Niños refrescándose durante una ola de calor.

Niños refrescándose durante una ola de calor. / Efe

Ramón Díaz

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Malos tiempos para la Tierra. La temperatura mundial se situó el año pasado 1,1ºC por encima de los niveles preindustriales, los últimos siete años van camino de ser los más cálidos jamás registrados y el aumento del nivel del mar alcanzó un nuevo nivel máximo. Así lo revela el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el estado del clima mundial en 2011, que reclama a los dirigentes políticos “medidas contundentes y urgentes” para atajar una situación que está llevando al planeta al borde del colapso climático.

“Las concentraciones sin precedentes de gases de efecto invernadero en la atmósfera y el calor acumulado en la superficie terrestre y los océanos han empujado al planeta a un territorio desconocido, lo que trae aparejadas repercusiones de gran alcance para las generaciones actuales y futuras”, alerta la OMM, tras analizar los datos meteorológicos del año pasado.

Y eso que debido al efecto de enfriamiento temporal provocado por el episodio de ‘La Niña’, que se produjo a principios del año, 2021 ‘solo’ será entre el quinto y el séptimo año más cálido del que se tenga constancia. Pero esta circunstancia no anula ni revierte la tendencia a largo plazo de aumento de las temperaturas globales, asegura la OMM.

Porque cuatro indicadores clave del cambio climático (concentraciones de gases de efecto invernadero, subida del nivel del mar, contenido calorífico de los océanos y acidificación de los océanos) registraron valores sin precedentes en 2021.

Según la OMM, se trata de un nuevo “ejemplo patente” de que las actividades humanas están provocando cambios a escala planetaria en la tierra, el océano y la atmósfera, y de que esos cambios entrañan repercusiones nocivas y duraderas para el desarrollo sostenible y los ecosistemas.

Un inmenso agujero de ozono

El informe no deja lugar a dudas. Las concentraciones de gases de efecto invernadero se han disparado. El dióxido de carbono está ya un 150% por encima de los niveles preindustriales; el metano, aun más, un 262%; y el óxido nitroso, un 123%.

Más: el agujero de ozono fue en 2021 más grande y más profundo que el 70% de los registrados desde 1979, alcanzando un área máxima de 24,8 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a la suma de las extensiones de Rusia y Australia.

Playa de la Patacona (Valencia) inundada por la borrasca 'Gloria' en enero de 2020.

La playa de la Patacona (Valencia), inundada por la borrasca 'Gloria' en enero de 2020. / Efe

En 2021, Europa del Este, el Sudeste Asiático, el Continente Marítimo, áreas del norte de América del Sur y el sureste de América del Norte registraron precipitaciones por encima de lo normal. Mientras tanto, las regiones con déficit de lluvia incluyeron el suroeste de Asia y el Medio Oriente, partes del sur de África, el sur de América del Sur y el centro de América del Norte.

Los océanos, donde se acumula el 90% del exceso de energía del sistema terrestre, registraron el año pasado una de las temperaturas medias más altas desde que hay registros. Y no han dejado de aumentar en las dos últimas décadas.

El nivel medio global del mar alcanzó un nuevo récord en 2021. Sin embargo, no sube por igual en todas partes: los patrones regionales de cambio del nivel del mar están dominados por cambios locales en el contenido de calor y la salinidad del océano, resalta el informe.

Océanos cada vez más ácidos

Uno de los efectos del aumento de la concentración de CO2 es la acidificación de los océanos. El océano absorbe alrededor del 23% de las emisiones anuales de CO2 antropogénico a la atmósfera, lo que ayuda a mitigar los impactos del cambio climático, pero a un alto costo ecológico para el océano: pone en peligro los organismos y los servicios de los ecosistemas, incluida la seguridad alimentaria, al afectar severamente a la pesca y la acuicultura. También afecta la protección costera al debilitar los arrecifes de coral.

En cuanto al hielo marino del Ártico, su extensión disminuyó muy rápidamente en junio y principios de julio de 2021 en las regiones del mar de Laptev y el mar de Groenlandia Oriental. Como resultado, la extensión del hielo marino en todo el Ártico fue récord en la primera quincena de julio.

Ola de calor en Berlín en 2019.

Ola de calor en Berlín en 2019. / Efe

La extensión del hielo marino en el Océano Austral, mientras tanto, estuvo generalmente por debajo de la media de 1981-2010 a lo largo de 2021. Y la capa de hielo de Groenlandia marcó el vigésimo quinto año consecutivo de balance de masa negativo. Las temperaturas y la escorrentía de agua de deshielo estuvieron en la isla muy por encima de lo normal a fines de julio y agosto de 2021. Y el 14 de agosto, se observó lluvia por primera vez en Summit Station, el punto más alto de la capa de hielo groenlandesa.

Los glaciares, finalmente, perdieron menos masa que en los últimos años. Pero existe una clara tendencia hacia una aceleración de la pérdida de masa en escalas de tiempo de varias décadas.

El aumento de las temperaturas globales está provocando asimismo que se registren cada vez más fenómenos meteorológicos extremos, alerta la OMM

Web de referencia: https://public.wmo.int/en/our-mandate/climate/wmo-statement-state-of-global-climate

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es