Descubren que el pinzón de Canarias es una especie diferente y única

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El pinzón que vive en Canarias, que primero se consideraba de la misma especie que los de la Península y luego fue descrito como subespecie (en Gran Canaria), acaba de ascender finalmente a la categoría de especie. Fringilla canariensis: este es el nombre que tendrá a partir de ahora el pinzón de Canarias, gracias al descubrimiento realizado por un equipo de investigadores españoles.

Los ornitólogos consideraban hasta ahora que el pinzón vulgar era una única especie animal. Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de descubrir que en realidad hay cinco especies de pinzón distintas, localizadas en Azores, Madeira, Canarias, Eurasia y el Norte de África. Este hallazgo acaba de ser publicado en la revista Molecular Phylogenetics and Evolution.

Juan Carlos Illera, profesor titular de Ecología de la Universidad de Oviedo y del CSIC, explica que el estudio del pinzón es científicamente relevante porque es un ave «muy interesante para entender los procesos evolutivos». De hecho, el más conocido es el pinzón de Darwin, que Charles Darwin descubrió en las islas Galápagos.

Illera, uno de los firmantes del artículo, destaca que trabajos anteriores realizados por su equipo ya habían descrito una subespecie de pinzón en la isla de Gran Canaria, diferenciado por su canto y su genética, fundamentalmente.

Ahora, los investigadores dan un paso más allá, reclasifican los pinzones y concluyen que realmente puede hablarse de cinco especies genéticamente diferentes por derecho propio. Las tres nuevas viven en la Macaronesia (Madeira, Azores y Canarias) y las otras dos en Eurasia y el Norte de África.

De este modo, nuestro país alberga, por lo tanto, no una sino tres especies de pinzón: una en la Península y Baleares, otra en Canarias (Fringilla canariensis) y otra más en Ceuta. La de Canarias supone el hallazgo de una nueva especie de ave endémica en el archipiélago.

«Las implicaciones de esta reclasificación son muy importantes, porque la singularidad taxonómica de los pinzones es mucho más relevante de lo que se pensaba hasta ahora. Por tanto, nuestra responsabilidad para protegerla es también mayor. De ahí que, si por ejemplo el pinzón endémico de Canarias se extinguiera, estaríamos ante un drama ecológico porque el mundo perdería una especie animal», comenta el investigador en una nota emitida por la propia Universidad de Oviedo.

En Canarias, desde hace 500.000 años

Los trabajos realizados por este grupo de científicos han concluido que la primera diferenciación del pinzón común se produjo hace cerca de 830.000  años cuando el ancestro de los pinzones vulgares actuales colonizó el archipiélago de las Azores. Poblaciones de pinzones saltaron de Azores a Madeira y, de ahí, a Canarias, donde llegaron hace aproximadamente 500.000 años.

En este salto de islas, los pinzones fueron perdiendo diversidad genética. Las aves de las Azores muestran una diversidad genética sorprendentemente alta, similar a las del continente, mientras que las de los otros archipiélagos macaronésicos revelan una pérdida secuencial de diversidad.

¿Por qué? Juan Carlos Illera explica que esta pérdida de diversidad es esperable porque cada nuevo espacio es colonizado por un subconjunto de ejemplares del grupo poblacional anterior. De ahí, que


El trabajo ha permitido también establecer algunas curiosidades. «Los nuevos pinzones macaronésicos son menos diversos genéticamente que sus congéneres continentales, pero, además, sabemos que en Macaronesia los pinzones actuales coexisten con otras especies de pinzón actual (en Canarias habitan los pinzones azules), y en el pasado coexistieron también con otras especies granívoras ya extintas con las que experimentaron procesos de competencia», comenta el investigador.

Además, «las poblaciones del pinzón endémico canario son absolutamente sedentarias, lo que merece más estudios. Los pinzones de Azores se mueven entre las islas del archipiélago, sin embargo, los de Canarias se localizan solo en cinco de las islas –El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria—, pero no se mueven entre islas y no sabemos por qué», añade.

Los científicos llegaron a estas conclusiones tras realizar un trabajo de campo en los diferentes archipiélagos. «Capturamos más de 80 ejemplares de cada una de las poblaciones para extraer una mínima muestra de sangre de las que estudiar su ADN, para seguidamente liberarlos en los mismos sitios donde los capturamos. De cada uno de estos ejemplares analizamos más de 100.000 genes, lo que nos ha permitido concluir que estamos ante especies diferentes», subraya.

El equipo de la Universidad de Oviedo y el CSIC confía en que el proceso de reconocimiento de estas nuevas especies sea rápido. «Nosotros hacemos una propuesta taxonómica; después, la comunidad científica puede aceptarla o publicar réplicas que, sinceramente, no esperamos. Finalmente, serán las sociedades científicas ornitológicas la que deberán reconocer esta nueva clasificación», indica.

El trabajo de los investigadores no acaba aquí porque el pinzón sigue planteado nuevas preguntas. «Falta por entender mejor todo el proceso de diferenciación y el siguiente paso será identificar las regiones genómicas que lo explican. Para ello, será necesario estudiar su genoma completo», concluye Illera.

Estudio de referencia: https://doi.org/10.1016/j.ympev.2021.107291