Polémica por la avalancha de parques eólicos en el corazón verde de Cantabria

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Crece la polémica por la instalación de parques eólicos en espacios naturales de España. Si todavía colea la controversia por el proyecto de un parque marino frente a las costas de Girona, ahora el foco se sitúa en Cantabria, donde hay una verdadera avalancha de 25 proyectos, alguno de los cuales está ya en avanzada fase de tramitación.

Alcaldes de todos los colores políticos, partidos desde Podemos hasta Vox, grupos ecologistas, empresarios turísticos… las quejas provienen desde todos los sectores y los motivos no pueden ser más variados, si bien también hay defensores de los molinos de viento.

La pérdida de competitividad turística por la degradación paisajística que suponen torres de más de  90 metros de altura y daños al medio ambiente son algunos de los argumentos empleados.

Sin embargo, el malestar es mayor en este caso porque el lugar donde se proyectan los parques eólicos más relevantes resulta ser un verdadero tesoro natural: los Valles Pasiegos. Se trata de una comarca de excepcional belleza con cuatro zonas declaradas Lugar de Interés Comunitario (LIC) por la Unión Europea, numerosos puntos de interés histórico y cultural y rutas de agroturismo que atraen a miles de personas todos los años.

Por ello, hace poco más de dos años el Parlamento de Cantabria presentó de forma solemne la candidatura de los Valles Pasiegos para convertirse en Reserva de la Biosfera, precisamente por su rica biodiversidad y por sus atractivos culturales e históricos. Este título, de otorgarse, representa una garantía de preservación de la diversidad biólogica y cultural de dichas zonas.

Tanto el PP, como Podemos, Vox, los ecologistas y gran parte de los empresarios están radicalmente en contra de estos proyectos y los consideran “incompatibles” con la Reserva de la Biosfera.

“Arruinará nuestra marca turística y los Valles Pasiegos serán un lugar como otro en el mundo, dejará de ser un lugar único”, señalaba una vecina en una reciente asamblea para tratar el asunto.

Dos proyectos en exposición pública

Dos proyectos concretos son el de Garma Blanca, que incluiría 13 aerogeneradores para producir una potencia total de 51 mw, y el de Ribota, con doce instalaciones del mismo tipo y una potencia similar. Ambos están promovidos por la empresa Green Capital Power y sus permisos se encuentran en proceso de tramitación en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

En estos momentos, colectivos y partidos están presentando sus alegaciones y se intensifica el debate. El presidente de la Mancomunidad de Municipios de los Valles Pasiegos y alcalde de Vega de Pas, Juan Carlos García Diego, ha manifestado que “la apuesta fundamental de las localidades de la zona para su desarrollo pasan por el turismo y la ganadería, y ambos sectores se verían seriamente amenazados” con la construcción de Garma Blanca y Ribota.

De la misma opinión es la portavoz de la recién creada Plataforma para la Defensa de los Valles Pasiegos, Mar Mayo: “Este es un modelo energético que nos es justo con el territorio, porque quieren construir hasta 144 aerogeneradores en 25 parques y abastecer a las grandes ciudades sin tener en cuenta las necesidades energéticas de la zona”.

Estas infraestructuras, señala Mayo, pueden abastecer a más de dos millones de personas, por lo que “tendría más sentido instalar estos parques en los lugares con mayor demanda energética” y donde, además, “la mano del hombre ya ha tenido repercursión sobre la naturaleza”.

¿Qué dicen las empresas promotoras?

Las empresas promotoras, por su parte, lo ven de otra manera. Capital Energy afirma que solo con los doce aerogeneradores de Ribota podrá suministrar energía limpia a más de 56.000 hogares y evitarán la emisión a la atmósfera de unas 54.300 toneladas de CO2 al año.

Además, afirma que este parque permitirá la creación de 295 empleos durante la fase de construcción y diez en la fase de operación. También tendrá, asegura, un impacto económico en las arcas locales, en forma de IBI e IAE.

Capital Energy cuenta con 17 proyectos de energías renovables en Cantabria, todos eólicos. Suman una potencia de 690 Mw y su desarrollo supondrá una inversión global de unos 650 millones de euros.

Mientras tanto, el presidente del gobierno regional, Miguel Ángel Revilla, ha ido suavizando su total apoyo inicial a los proyectos (afirma que eran compatibles con la Reserva de la Biosfera que se ha solicitado) y ahora ha introducido matices en ese respaldo.

“No vamos a convertir toda Cantabria en un parque eólico”, ha señalado hace escasos días, al tiempo que pide “tranquilidad”.

Aunque ha admitido que hay proyectos “muy sólidos” para apostar por las energías renovables, advierte de que “no todos los que se han pedido se van a autorizar” y, además, “habrá zonas preservadas con toda seguridad por el impacto paisajístico que originan”.

El debate está servido. La pugna entre energías limpias y respeto al paisaje y las formas de vida tradicionales vuelve a ponerse de manifiesto, una vez más.

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