LOS CONFLICTOS DIARIOS DE LAS CIUDADES

Sete Gibernau anuncia la gestación de un congreso mundial sobre la ecomovilidad

Sito Pons y Sete Gibernau, el pasado sábado, en el circuito valenciano de Cheste.

Sito Pons y Sete Gibernau, el pasado sábado, en el circuito valenciano de Cheste. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Sete Gibernau, de 46 años y dos veces subcampeón del mundo de MotoGP (2003 y 2004) en dura pugna con el italiano Valentino Rossi y que ayer dijo adiós a su última experiencia deportiva a los mandos de una moto eléctrica en el nuevo Mundial de esta categoría, se ha convertido en el impulsor, en compañía de un grupo de profesionales vinculados a diversos sectores del mundo del motor, del que sería el primer congreso mundial o foro de debate universal sobre el conflicto urbano existente, en estos momentos, entre los vehículos de combustión, cuyo final no parece tan cercano, los legisladores (ayuntamientos, Dirección General de Tráfico…) y los vehículos VMP (vehículos de movilidad personal) en las grandes ciudades del mundo occidental.

Una idea que pronto se ampliará

“No se trata, de ninguna manera, de un Smart City más ¡ni hablar! Estamos hablando y en las próximas semanas se conocerá el contenido y el lugar del encuentro, de reunir a los presidentes de las grandes compañías mundiales del mundo del automóvil, la motocicleta y de los más grandes productores de vehículos de movilidad personal, así como a los alcaldes y alcaldesas de las ciudades más representativas tanto en población como en experiencias legislativas en este tipo de vehículos y movilidades, para reflexionar sobre los problemas existentes, idénticos en todas las grandes capitales, y plantear soluciones comunes, globales”, señaló Gibernau, el pasado sábado, en conversación con El Periódico, en el circuito de Cheste (Valencia).

Para Gibernau, el objetivo final de ese congreso no es otro que la búsqueda de la legislación más eficiente para el tránsito y ubicación de todos los vehículos involucrados en la ecomovilidad, con una finalidad suprema: el ciudadano, el peatón. Gibernau y su equipo de trabajo, que pronto dará a conocer, entiende que no se pueden tomar decisiones aisladas por parte de los alcaldes o gobernantes, de la misma manera que no puede afrontarse todos esos problemas de una forma individual, ciudad a ciudad, país a país, sino que hay que tratar de conocer la temática a fondo y, sobre todo, la realidad, investigando, por ejemplo, hasta cuándo habrá vehículos de combustión antes de dar el salto a los eléctricos.

"Hablamos de los coches eléctricos cuando el parque móvil del mundo entero es un 98% de combustión y, en Asia, del 100 por 100"

Sete Gibernau

— Dos veces subcampeón del mundo de MotoGP (2003 y 2004)

“Me parece increíble que un alcalde o alcaldesa decida que, de pronto, en el plazo de dos años no dejará entrar coches de gasolina o diesel en su ciudad, cuando los grandes fabricantes han decidido, por ejemplo, que ellos seguirán fabricando ese tipo de coche durante los próximos 30 años. O no tiene demasiado sentido que para los coches eléctricos existan, en este momento, tres tipos de enchufes o conexiones no compatibles, una procedente de Japón y que se emplea en Asia, otra en Estados Unidos y la europea”, insistió el expiloto catalán.

La prohibición de Barcelona

Gibernau y su equipo consideran que, en estos momentos, se está viviendo “un auténtico caos” en las grandes ciudades, que provoca una enorme incertidumbre sobre el presente y el futuro de la movilidad. Y Gibernau no habla solo de las polémicas decisiones que se toman sobre los vehículos de combustión y los eléctricos (“desde luego, me parece una barbaridad que la alcaldesa de Barcelona prohíba que podamos circular con nuestras motos antiguas, Bultaco, Vespas o Impalas por la ciudad y no tome otro tipo de decisiones mucho más valiosas respecto a otro tipo de polución, que sí es dañina”), sino del follón que supone, en estos momentos, “que pasees con tu hijo del brazo por la acera y aparezca un señor en patinete, sin seguro ni nada, a 25 kms/h. y se te lleve por delante; o que un camión atropelle a un ciclista, que no va por su carril bici, y nadie sepa de quien es la culpa o no haya seguro que lo cubra”.

Gibernau sabe que la iniciativa, representada por tres emprendedores catalanes y que, en las próximas semanas, tomará cuerpo, es difícil de llevar a término, pero ya cuenta con el visto bueno de dos grandes firmas automovilísticas interesadas en el debate. “Yo creo que lo ideal es que hablemos todos juntos, expongamos nuestras ideas y los problemas que vemos, sus posibles soluciones y, sobre todo, la mejor manera de encontrar una situación estable y agradable para los ciudadanos, tanto los peatones como los que utilizan su vehículo, sea el que sea”.

Dar palos de ciego

Para el expiloto de MotoGP, lo ideal sería confeccionar un decálogo una vez debatidas todas las propuestas y que esos ‘diez mandamientos’ de la ecomovilidad se debatiesen cada año para ser mejorados poco a poco. “Hay gente que habla por hablar. Resulta, en efecto, que en el último Salón de Tokio, todas las firmas presentaron sus vehículos eléctricos, pero nadie explica que, por falta de autonomía de las baterías, el futuro está, cuentan, en las pilas de combustible de hidrógeno. Eso sí, podemos hablar de esas alternativas, pero estaría bien que recordásemos que, en estos momentos, el 98% del parque móvil occidental es de combustión y si hablamos de Asia, hablaríamos, sin duda, del cien por cien. Y esos datos deben ponerse encima de la mesa antes de acabar o sancionar a los vehículos de combustión tradicional”.

“Lo que no puede ser”, concluye Gibernau, “es seguir dando palos de ciego de una forma arbitraría, individual, esta ciudad, aquella comunidad, este país. Debemos encontrar un punto de debate universal, con todos los actores del conflicto, por ejemplo, las grandes aseguradoras, que tienen mucho que decir al respecto con la aparición de nuevas formas de trasladarnos y movernos en la ciudad, para, insisto, tratar de exponer soluciones de forma global y no individual o particular”.