ASIGNATURA PENDIENTE

La exdirectora de la DGT asegura que no se rebajó la velocidad en el 2013 por "cobardía"

La exdirectora general de Tráfico, María Seguí

La exdirectora general de Tráfico, María Seguí / ZIPI

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Cuando el actual director general de la DGT, Pere Navarro, aludió el martes a las dificultades de rebajar en España el límite de velocidad de las carreteras convencionales sabía de lo que hablaba. Una de sus antecesores, María Seguí, ha salido este miércoles a la palestra para contar que su propuesta se quedó en un cajón del Ministerio del Interior el 2013 porque desde la cúpula del mismo argumentaron que "no era el momento adecuado". "Fue un acto de cobardía política total", ha descrito.

Seguí, la máxima responsable de Tráfico entre 2012 y 2015, ha dejado claro que cualquier técnico o experto en seguridad vial no tiene ninguna duda del impacto de la velocidad en los fallecidos y heridos graves en accidente de tráfico y que, por tanto, de forma "rigurosa" y "objetiva" levantar el pie del acelerador disminuye el riesgo y los fallecidos.

"Ojalá este Consejo de Ministros diga, 'Hágase lo que es bueno', y no tenga pánico a revolucionar un asunto que afecta a todo el país", ha deseado Seguí, después de que Navarro pusiera ayer sobre la mesa de nuevo la propuesta de reducir los límites de velocidad en las carreteras convencionales paea atajar el aumento de la siniestralidad.

Seguí quiso aumentar el límite de velocidad hasta 130 kilómetros por hora en determinados tramos de autopista con unas condiciones favorables y reducirlo en las carreteras convencionales, donde se producían el 80 % de los accidentes.

"Cualquier persona que llega a la DGT con perspectiva técnica sabe que la institución tiene la llave del control de la velocidad y es verdad que en ocasiones se ha empleado a lo bruto, pero, si ese resorte se usa bien, no hay que tener pánico", defiende la exdirectora, que también apuesta por hacer llegar a la ciudadanía la información de forma "creíble, transparente y con pedagogía".

Multitud de estudios

Ella encargó multitud de trabajos, entre ellos, un informe exhaustivo, "elaborado por gente de la DGT, con rigor y criterio", en el que se analizó "todo" respecto a la velocidad en secundarias, desde el flujo del tráfico por tramos en esas vías secundarias a la siniestralidad, el ahorro que supondría a las arcas públicas en atención a heridos o los puntos mal señalizados.

"Navarro lo tiene todo hecho", ha bromeado Seguí, antes de recordar que ese informe fue avalado en 2013 por el Consejo Superior de Tráfico, un órgano consultivo integrado por las distintas administraciones y organizaciones profesionales, económicas y sociales del sector.

Los cambios propuestos -se hablaba de cambios de velocidad en autopistas, secundarias, ciudad, pero también de ciclistas y peatones- se incluían en un borrador de Reglamento de Circulación que nunca vio la luz y sigue durmiendo en los cajones de Interior.

El primer "palo" se lo dio el Consejo de Estado que en 2015, recuerda Seguí. Aseguraban que era "una reaccionaria transformación" que no debería ir bajo el paraguas de un reglamento sino bajo el de una nueva ley de Movilidad.

Arma para hacer ruido

"El sector político se limitó a usar estas alegaciones como arma y para hacer ruido no para buscar una solución", reprocha Seguí, que quiso, sin embargo, sacar adelante el reglamento con apoyo del Ejecutivo, pero que también se encontró con su resistencia por el momento político preelectoral.

Y añade: "El argumento es que no era el momento. Creo que todo fue un acto de cobardía política total".

Seguí mantiene que los informes están hechos y que es de todos sabido que los límites en secundarias están "obsoletos". Lo que no ve con buenos ojos es "inundar" de radares las carreteras.