Fin a la sequía

Los datos que afianzan el marzo más lluvioso del siglo (y por qué en abril no hay que guardar el paraguas)

De Sau a Darnius y La Baells: el antes y el después de los pantanos catalanes en imágenes de satélite

Precipitaciones en marzo.

Precipitaciones en marzo. / EPC

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Ya superado el umbral consensuado, y casi se podría decir que anímico, con el que podemos decir adiós a la sequía, o sea que los embalses de Catalunya superen el 60%, el objetivo es que esta época de lluvias regulares y diseminadas por todo el territorio -que acumula grandes cantidades de agua y que lo hace de una manera gradual y persistente sin generar grandes riesgos ni para la población ni para el entorno- se extienda en el tiempo para asegurar que no hay que no volver a corto o medio plazo a la severa crisis hídrica padecida estos dos últimos años.

Para conseguir este hito ha hecho falta que este último mes fuese de récord en cuanto a las precipitaciones. Y es que ha sido el marzo más lluvioso en lo que llevamos de siglo, según constanta el Servei Meteorològic de Catalunya en su último informe.

Lluvia a mansalva

Aunque casi no ha habido día en el que no haya llovido en algún punto de Catalunya (superando la veintena), cuatro han sido los episodios de precipitaciones que toca destacar: del 6 al 9 de marzo, del 13 al 15, del 18 al 20 y del 21 al 25 del mismo mes. Y la suma de todos ellos deja unos registros de días de precipitación que supera por poco la media de los últimos diez años en un mes de marzo y el el primer trimestre del año.

Pero más allá de los días de lluvia, una situación chocante porque veniamos de dos años en que no era habitual abrir el paraguas, es en cuanto a las acumulación total lo que deja a las claras la magnitud del agua recogida, especialmente en el sur de Catalunya y el tercio norte del territorio.

En el parque natural de Els Ports se han recogido hasta 506 mm. Destaca como el dato más llamativo, pero en cuanto a que estas lluvias sean realmente útiles para el territorio toca poner el foco en el tercio norte de Catalunya, desde el Montseny hasta el Ripollès, desde el Solsonès hasta el Alt Empordà.

Las cantidades de agua que se han acumulado en esa zona, que tras los últimos recuentos superan los 400 mm en localidades como Arbúcies (417 mm) o Lliurona (403 mm) o lo rozan como es el caso de Espot (393 mm) y Viladrau (390 mm), son una bendición para los cauces de las cuencas internas y, por ende, de los principales embalses, que comienzan a salir de la zona crítica (la reserva actual del conjunto supera el 63%).

Esta buena nueva está dejando ya postales de abundancia como es el caso de la Baells, que ha llegado al su límite de su capacidad y se ha visto obligada a desembalsar más agua de la que recibía, de Boadella, que ya alcanza el 64%, o los de Sau que ya está por encima del 70% y Susqueda que registra el 43%. La asignatura pendiente sigue siendo en el extremo sur de las cuencas internas, especialmente en Siurana, que a duras penas supera el 24%.

Anomalía de precipitación del 14 a 21 de abril de 2025.

Anomalía de precipitación del 14 a 21 de abril de 2025. / ECMWF

Abril, también de lluvias

Aunque no ha comenzado tan perseverante como en marzo -los modelos ya indicaban que la primera semana sería mínimamente más seca que la media de la última década-, abril proyecta a ser otro mes en el que las lluvias serán protagonistas, especialmente de cara a la Semana Santa.

Así, según el modelo europeo ECMWF, del 14 al 21 de abril se espera una acumulación de precipitación que afectarán a toda Catalunya y que, salvo en litoral (donde se espera que se recoja menos cantidad), estas lluvias podrán ser hasta un 30% superiores a la media de los últimos años.

Probablemente, será la última gran tanda de precipitaciones de esta temporada, ya que los modelos apuntan a un final de abril y un mayo sin grandes anomalías. O sea, no se espera que llueva fuera de lo normal para esas fechas.