Por protección natural

Adiós a restaurantes en la cima de La Mola: la Diputación afirma que "jamás volverán"

La afluencia de visitantes en la cima baja un 21% en un año después del cierre del equipamiento

CONTEXTO | La Mola carecerá de restaurante durante al menos dos años mientras se debate su futuro

TESTIMONIOS | "No entiendo por qué lo cierran": así viven los excursionistas los últimos días del restaurante de la Mola

Subida y cima de la montaña la Mola antes de los últimos días del cierre del restaurante situado en la cima

Subida y cima de la montaña la Mola antes de los últimos días del cierre del restaurante situado en la cima / ZOWY VOETEN

Clàudia Mas

Clàudia Mas

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La cima de La Mola, el punto más alto del Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, no volverá a albergar restaurantes.

La Diputación de Barcelona (DIBA), propietaria del parque, ha justificado esta decisión por la necesidad de preservar el entorno natural y proteger la percepción paisajística del espacio. El jefe del Servicio de Análisis y Gestión Territorial, Albert Abaurrea, ha explicado que el principal obstáculo para mantener el restaurante radica en la imposibilidad de asegurar un suministro energético suficiente mediante placas fotovoltaicas: “No tenemos espacio suficiente para instalar paneles que cubran esa demanda”, ha señalado, detallando que solo se dispone de 24 metros cuadrados para su instalación.

También el diputado del Área de Espacios Naturales, Xesco Gomar, ha dejado claro que el uso del espacio como restaurante "no será posible en el futuro" al considerarse una actividad "insostenible". 

 En su lugar, se habilitará un refugio para los visitantes y se recuperará la emblemática sala mirador con una exposición que se prevé que se habrá al público en verano del 2025. La Diputación trabaja en un plan de acciones valorado en 700.000 euros, que incluye, entre otras medidas, la mejora de los accesos a Matadepera, principal punto de entrada a la cima.

Asimismo, la instalación de una depuradora de aguas residuales, como había hasta el momento, tampoco será viable debido a razones medioambientales, que según han informado desde la DIBA consumiría el 70% de la energia. Los episodios de sequía agravan aún más la situación, ya que podrían interrumpir el funcionamiento del sistema, obligando a vaciarlo y reacondicionarlo periódicamente. Como solución alternativa, Abaurrea ha especificado que ya se han instalado lavabos secos, que operan sin agua ni electricidad.

Durante el encuentro en la Oficina de Turismo del parque con los medios de comunicación también ha participado la nueva directora del Parque Natural, Sònia Llobet. Durante la rueda de prensa, la Diputació de Barcelona también ha avanzado en una rueda de prensa celebrada este miércoles que, desde que se cerró el restaurante hace un año, la afluencia de visitantes ha bajado un 21%. Esto evidencia, según Gomar, "que había un porcentaje de personas que sólo subía a la cima por el restaurante". En cualquier caso, asegura, "todavía hay mucha gente interesada en subir la cima y es nuestra obligación mantener estas cifras o aumentarlas, siempre que se puedan distribuir durante toda la semana y no sólo en fines de semana y festivos".

Cierre hace un año

El icónico establecimiento conocido como restaurante La Mola, ubicado en el Monasterio de Sant Llorenç del Munt, cerró definitivamente sus puertas el pasado 22 de enero tras 57 años de actividad, marcando ahora el fin de cualquier actividad de restauración en este enclave.

Una cincuentena de excursionistas y clientes fieles quisieron realizar una acción simbólica en la cima el día del cierre al considerar que era una acción "injusta" y "desproporcionada". También se recogieron unas 10.000 firmas para evitar el cierre. En ese momento, la Diputación de Barcelona argumentó la no renovación de la licencia para poder preservar el monasterio -donde se alojaba el restaurante- y su entorno.

Este emblemático lugar, estaba situado a 1.104 metros de altitud y perteneciente al municipio de Matadepera, ha sido un símbolo para Terrassa debido a su proximidad. El Monasterio, declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) y propiedad de la Diputación de Barcelona, mantiene su estructura original del siglo XI.