Única en España

Primera unidad de ingreso para niños con TEA permite a padres vivir con ellos

La unidad funciona en el Hospital MútuaTerrassa desde hace un año

Hospital Universitari MútuaTerrassa

Hospital Universitari MútuaTerrassa

Jordi Sánchez Nieto (EFE)

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La primera y única unidad de hospitalización para niños y adolescentes con Trastornos del Espectro Autista (TEA) en España, que funciona en el hospital Mútua Terrassa (Vallès Occidental), y que permite que los padres convivan con los pacientes, ha cumplido un año de exitoso tratamiento a 75 personas, mientras 40 familias de todo el país están en lista de espera para entrar.

La psiquiatra Amaia Hervás Zuñiga (Bilbao, 1959), un referente internacional en el tratamiento del TEA y jefa del servicio de Salud Mental y Psiquiatría Infantil-Juvenil del Hospital Mútua Terrassa, fue la impulsora de esta unidad, que dirige ella misma "con grandes resultados", ha dicho en una entrevista con Efe.

Hervás, que trabaja en el Mútua Terrassa desde hace 26 años, puso en marcha en septiembre de 2020 esta unidad de hospitalización específica para TEA.

"Creamos un proyecto diferente con chicos y chicas de entre 3 y 18 años que ingresan con cuadros muy graves. Todos los pacientes de TEA de la unidad han mejorado y sus familias así lo pueden corroborar", subraya la doctora.

Se formó como psiquiatra en el Hospital Saint George de Londres, donde empezó su maestría durante 12 años trabajando el autismo con el profesor Michael Rutter.

"Aquél fue un trabajo. Todo ha cambiado mucho. Ahora existe un mejor conocimiento por parte de los profesionales y una mejora notable para hacer el diagnóstico", subraya.

En su trayectoria médica, destaca que fue durante muchos años la única formadora de habla hispana en TEA, con lo que ha formado a 6.000 profesionales entre América, Portugal y España.

Única en España

La unidad de TEA de Terrassa, única en España, "da respuesta a aquellos chicos que habían tenido muchos ingresos hospitalarios con el problema que ello conlleva para ellos y sus familias y que, lejos de mejorar, habían empeorado. Necesitaban estar con sus padres y al no verlos, empeoraban", según Hervás.

"Los niños necesitan estar con sus padres y aquí conviven. Los padres están presentes en el trabajo terapéutico de los profesionales y ven la conducta de sus hijos, también cuando están agresivos. Todo de un modo totalmente trasparente para ver la evolución", explica la psiquiatra, que trabajó en Londres y ahora en Terrassa con la genetista María Jesús Arranz, especialista en farmacogenética.

"Constatamos -detalla- que había pacientes que tenían una respuesta negativa a fármacos para la ansiedad y la depresión e iniciamos una línea de atención individualizada. Aquí cualquier fármaco que se prescribe está basado en la efectividad y reducir los efectos secundarios. Los fármacos no curan el autismo, porque no tiene solución, pero sí acaban con problemas asociados, desde la agresividad hasta la ansiedad".

El trabajo es multidisciplinar con "psicólogos, psiquiatras, clínicos, terapeutas ocupacionales, expertas en integración sensorial, enfermería, auxiliares, monitores, educadores y trabajadores sociales y maestros. Se trabaja desde todos los aspectos para lograr un mejor resultado", explica.

Uno de los puntos claves para el TEA es, según la especialista, "la detección precoz". "Existen varias pautas relacionadas con la psicomotricidad, el contacto ocular, la sonrisa social, ya en fases prelinguísticas, que aunque no acaben siendo autismo, si que requieren de un manejo por parte de los padres", explica.

La pandemia

La pandemia también ha repercutido doblemente en el autismo, según Hervás, que confiesa: "Una niña me decía que estábamos en el mundo de Frozen y que la bruja mala estaba congelando el mundo. El autismo no entiende las normas sociales. Ella no entendía por qué ya no podía ver a sus profesores y compañeros".

En cambio, reconoce que algunos pacientes han mejorado durante la pandemia porque "el hecho de no acudir a clase les vino bien. En la escuela tenían problemas sensoriales por ejemplo con el ruido y al estar en casa con clases telemáticas mejoraron".

En la Unidad de Hospitalización del TEA de Terrassa hoy está Carolina Sánchez, madre de Joel, de seis años: "Mi hijo entró aquí con un trastorno de alimentación y otro de lenguaje grave. Se pasa muy mal. Llevamos un mes y estoy muy contenta de ver que ya ha empezado a comer. Es otro niño", afirma.

La madre de Joel lanza un mensaje: "El autismo no debe ser un tema tabú. Hay muchas familias que piensan así. No ayudamos en nada ni al niño ni a la sociedad para que entienda el problemita que tiene el niño. Personalmente estoy agradecida a los padres del colegio que me preguntan y les explican a sus hijos. Y eso hace que sea todo más abierto y normal"

Más noticias de Terrassa en la edición local de EL PERIÓDICO