Literatura

Santi Baró: "No se ha hablado suficiente de las riadas del 62 en el Vallès Occidental"

En 'La filla de la tempesta' retrata la inmigración andaluza en la Catalunya de los años 60 y como Terrassa sufrió los aguaceros

El escritor egarense Santi Baró con su nueva novela 'La filla de la tempesta'.

El escritor egarense Santi Baró con su nueva novela 'La filla de la tempesta'. / periodico

ACN

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El escritor egarense Santi Baró tenía muy claro que quería escribir sobre las terribles riadas de 1962 en el Vallès Occidental y, además, en concreto, como las sufrió la ciudad de Terrassa. Sus padres sufrieron aquellos aguaceros y Baró escuchó mucho hablar de ello desde muy joven. El autor publica la novela ‘La filla de la tempesta’, en la que habla de esos aguaceros, centrados en Terrassa, pero también de la inmigración andaluza de los años 60 que llegó a Catalunya con la esperanza de una nueva vida.

A principios de los años 60, a Catalunya llegaron una multitud de inmigrantes procedentes de Andalucía, personas que huían de la precariedad de unos trabajos en condiciones infrahumanas y que llegan a Barcelona con el tren llamado ‘Catalán’ en un momento en el que Terrassa vivía un boom industrial.

La protagonista de la historia es Mariana, una chica cordobesa que llega a Terrassa con toda la familia, todos ellos procedentes de Cañete, cargados de ilusiones y esperanzas. Ella comienza a trabajar en una fábrica y su padre compra una parcela en una barriada en medio de la nada. La vida va mejorando hasta que, de golpe, una fuerte tormenta se lo llevará todo y segará las vidas y sueños de miles de personas en la recordada riada que tuvo lugar en 1962 y arrasó el Vallès Occidental. Perderían la vida cerca de un millar de personas.

Baró señala que uno de los ejemplos de lo poco que se ha tratado la riada del 62 en Terrassa es que no hay literatura. “Estamos hablando de la catástrofe natural más grande que ha habido en territorio español”. Ha recordado que el mundo entero se solidarizó con Terrassa y llegó ayuda de todos lados. “No se ha hablado suficiente y este es uno de los motivos para hacer literatura”.

Una tragedia cercana

El escritor quería escribir sobre los aguaceros. Como hijo de Terrassa, esta tragedia estuvo muy presente en su vida desde que era un niño porque la sufrieron sus padres. Ellos vieron como bajaban personas por la rambla arrastrados por el agua y que pedían ayuda. “La gran catástrofe en Terrassa afectó el barrio suburbial donde los inmigrantes vivían en situaciones infrahumanas”, ha destacado.

Baró ha admitido que no encontraba como enfocar la historia hasta que empezó a documentarse y a hablar con personas afectadas, que eran inmigrantes andaluces en aquel momento. “Allí me di cuenta del sentido que tenía la novela y que era el de reflejar el drama enrome de una gente que se fue de la tierra y las pocas cosas que tenían las vendieron para poder pagarse el billete a Barcelona y tener cuatro duros en el bolsillo. Llegaron aquí sin nada” y en el momento que empezaron a tirar hacia delante, baja “un aguacero y se lo lleva todo”. “No me puse a escribir pensando que quería retratar el movimiento migratorio que fue el gran perjudicado” en el 62, sino que “me fue viniendo”, indica.

Baró dice que los testimonios que conoció de la gente que vino de Andalucía a Catalunya le sorprendieron por dos cosas. Primero, la precariedad en la que vivían en Andalucía. Al entrevistar a algunas personas le impresionó que le explicaran que había gente en Andalucía que cuatro terratenientes los trataba como animales de carga y los tenían durante meses durmiendo sobre paja, trabajando con unos horarios infrahumanos. “Claro que querían irse de allí corriendo”, declara. Segundo, también le sorprendió que ninguno le dijera que fueron maltratados cuando llegaron a Catalunya por venir de fuera. “Todos hablaban maravillas de como los recibieron, quitando que hablaban en catalán y no entendían nada”.

El escritor ha dicho que él escribe espontáneamente. “A medida que voy construyendo la novela y al entrar en los personajes me voy dando cuenta que quería hablar de esta gente que huye de una situación de pobreza extrema y consigue establecerse aquí, pero desgraciadamente pasa la riada por encima y se lo lleva todo”.

La voz protagonista es femenina. Baró ha dicho que todo viene de su novela ‘Lluna de gel’, donde aprendió, asegura, a escribir en primera persona y con voz de mujer, con mucha emotividad, y le ‘salió muy bien’ y ganó un premio. Después repitió lo mismo en ‘Fario’, con una voz adolescente y de mujer, que también “tuvo un gran éxito” y fue premiada. “Ahora quería escribir una novela con un tono emotivo y lo he hecho en primera persona y con voz femenina porque me siento más cómodo”.

El autor

Santi Baró nació en Terrassa en 1965, pero con tres años se fue a vivir con sus padres a Olesa de Montserrat, donde continuó con el oficio familiar, la joyería.

Se ha dedicado también a la literatura y sus novelas infantiles, juveniles y alguna para adultos han obtenido varios premios literarios como el Barcanova y el Gran Angular dos veces, o el Joaquim Ruyra, entre otros. Actualmente es el director de la agencia y la escuela literaria Exit.

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