TENIS

El Alcaraz más "inteligente" se cita con su némesis Sinner en la final de Roma

En una semifinal gris y condicionada por el viento, el murciano se impone a Lorenzo Musetti (6-3 y 7-6) y buscará el domingo el título ante el número uno del mundo, que venció a Tommy Paul (1-6, 6-0 y 6-3)

Alcaraz celebra su victoria contra Musetti en Roma.

Alcaraz celebra su victoria contra Musetti en Roma. / Andrew Medichini / AP

Sergio R. Viñas

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El día más brillante y luminoso que Roma le ha regalado hasta ahora a su Masters 1000 resultó en una victoria gris (6-3 y 7-6 en 2h.03) de Carlos Alcaraz (3 del mundo). Ahora bien, ese gris no ha de interpretarse como un adjetivo peyorativo. Todo lo contrario. "Era el día para jugar un tenis inteligente", resumió él, nada más difícil que sacar lo mejor de ti mismo cuando las circunstancias son adversas. Y Alcaraz, frente a un Lorenzo Musetti (9) también flojo en lo tenístico, pero sobre todo calamitoso en lo emocional, mostró su versión más cerebral para alistarse a su cuarta final de la temporada.

El domingo se verá con Jannik Sinner (1), su antagonista natural, que en su primer torneo tras su sanción por dopaje ha alcanzado la final. Por algo sigue siendo el número uno del mundo. El italiano, en casa, remató la misión este viernes (1-6, 6-0 y 6-3 en 1h.43) ganando a Tommy Paul (12), tras no hacer casi ni acto de presencia en el primer set, arrasar en el segundo y amarrar el tercero tras sufrir unas molestias físicas en el muslo, cuya evolución puede determinar el desenlace de la final.

Alcaraz y Sinner jugarán su primera final de Masters 1000, en un partido en el que el murciano buscará su primer entorchado en el Foro Itálico, el tercero del curso tras ganar en Róterdam y Montecarlo. Y en el que Alcaraz deberá confirmar lo que se intuye, que su preparación para Roland Garros, que incluyó renunciar a Madrid por lesión, va viento en popa.

Jannik Sinner, durante su partido en Roma contra Tommy Paul.

Jannik Sinner, durante su partido en Roma contra Tommy Paul. / EUROPA PRESS

Alcaraz buscará su primer entorchado en el Foro Itálico, el tercero del curso tras ganar en Róterdam y Montecarlo

El viento, clave en Roma

Lo bueno de Alcaraz, puede que incluso lo mejor, aunque a veces parezca lo peor, es que es muchos tenistas en uno solo. Influyen la pista, el adversario y el momento físico en el que se encuentre, pero lo que más define el Carlos que el mundo observa cada día sobre la pista es su estado de ánimo. Y al murciano, este viernes, se le notaba algo incómodo en la central del Foro Itálico. No tanto como a Musetti, pero incómodo al fin y al cabo. El viento, rebelde e intenso, que levantaba el polvo de ladrillo, se adivinaba como causa principal del malestar de un Alcaraz que no exteriorizaba sus frustraciones.

Lorenzo Musetti, durante su derrota contra Alcaraz en Roma.

Lorenzo Musetti, durante su derrota contra Alcaraz en Roma. / ANDREAS SOLARO / AFP

A nadie le gusta pisar una tierra inestable, golpear una y otra vez una pelota que hace extraños. Pero Alcaraz, profundizando en su natural proceso de madurez emocional, encaró la situación con la templanza requerida. Musetti, en cambio, presionado también por jugar ante sus compatriotas, el partido le sacó de quicio. No ganó Alcaraz por su manejo de la raqueta, superior al de su oponente, sino por el que hizo de su cerebro.

"No era hoy día para jugar tenis brillante, sino para jugar tenis inteligente, un tenis sólido. Ir a por el punto cuando se podía. Lo hice bien, creo. Estuve fuerte mentalmente cuando las cosas no fueron tan bien", resumió después.

No era día para disfrutar

Supo Alcaraz enseguida que esta semifinal no era un partido para brillar y disfrutar, sino para apretar los dientes y no perder los nervios. Las sonrisas quedan para otro día, quizá para este domingo, tocaba sacar adelante una actuación gris, un partido de tenis para quemar después de ver. Feo. Prescindible por la barbaridad de errores no forzados que se vieron (86 entre ambos), apenas medio puñado de puntos que merezcan ser almacenados durante unas horas, no muchas, en la memoria del espectador.

Alcaraz (42) y Musetti (44) cometieron muchísimos errores no forzados durante un partido muy pobre en lo tenístico

Observar a Musetti rompiendo su raqueta casi al final del primer set simbolizó la diferencia entre un tenista y otro. El italiano es un jugador bonito de ver cuando está inspirado, algo que está pasando con frecuencia este año, en el que ha explotado con presencia en las tres semifinales de los Masters 1000 de tierra batida. Su revés a una mano, extemporáneo, engarza con el tenis de siempre.

Alcaraz celebra su victoria frente a Musetti en el Masters 1000 de Roma.

Alcaraz celebra su victoria frente a Musetti en el Masters 1000 de Roma. / Andrew Medichini / AP

Pero a Musetti todavía le resta dar un paso al frente en la gestión emocional de los partidos en el que es el mejor momento de su aún joven (23 años) carrera: el lunes será número seis del mundo, adelantando a Djokovic. Alcaraz, dos años menor que él, tiene más avanzado ese capítulo.

La dinámica del partido

No soportó el italiano la dinámica de ese set inaugural, en el que perdió dos de sus tres primeros servicios. De nada le sirvió aminorar la desventaja en el 4-2, mientras ambos aprendían a domar los ventosos escorzos de las pelotas. Otro 'break' más, justo después de que Musetti golpeara su raqueta contra la arcilla, le dio la manga a Alcaraz.

Resucitó el italiano en el arranque del segundo su set, que arrancó con tres rupturas seguidas, dos de ellas a su favor. Trató de sacar de quicio a Alcaraz, buscando las costuras de su cerebro, pero no las había. El murciano se había abrazado a la templanza y no se iba a separar de ella. Esperó su momento para recuperar el servicio y le acabó ajusticiando en el 'tie break'. Sinner es ahora la amenaza para el español, que será número dos del mundo el lunes pase lo que pase en la final.