Tenis

Serena Williams alarga el adiós

En su 21˚ Abierto de EEUU, su último grande, la tenista pasa a segunda ronda tras superar a Kovinic 6-3 y 6-3

La expectación ante su torneo de despedida llena de gente y excitación el centro Billie Jean King

Serena Williams, tras eliminar a Danka Kovinic en la primera ronda del Abierto de EEUU.

Serena Williams, tras eliminar a Danka Kovinic en la primera ronda del Abierto de EEUU. / EFE/EPA/JUSTIN LANE

Idoya Noain

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Brannon Dickey y Oduwa Ousenkhoe, dos mujeres negras en los cuarenta, hacen pareja para jugar a dobles a tenis. Este lunes, como 29,400 personas más, habían comprado una entrada para estar en el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King, la sede del Abierto de Estados Unidos, que con ese público batía un récord histórico de asistencia en su sesión nocturna.

Las amigas habían pagado 500 dólares por cabeza, ni siquiera tanto cuando en reventa algunas en las zonas más cercanas a las pistas habían llegado a los 7.500 dólares. Era más de lo que habían desembolsado nunca para estar en el estadio Arthur Ashe, la monumental pista central en Flushing Meadows. Pero es que nunca antes ese partido que iban a presenciar podía el último de Serena Williams en un Grand Slam. Y les merecía la pena. “Queremos acompañarla. Es un tesoro nacional”, explicaba Dickey. “No hay nadie como ella. Para la mujer negra ella ha roto el techo de cristal. Su legado va mucho más allá del tenis”.

Esa entrega y esa pasión por Williams, seis veces campeona en Nueva York, 23 en total en Grand Slams, era la emoción que desbordaba este lunes el Abierto estadounidense. Y se mantendrá, al menos hasta el miércoles. La “reina de Queens”, la “mejor de todos los tiempos”, como la describía la voz en los altavoces del estadio y el clamor de muchos fans, sigue en la lucha. Nunca antes en sus 20 apariciones anteriores en Flushing Meadows había perdido en primera ronda. Y tampoco lo hizo en esta ocasión marcada.

En un partido que arrancó plagado de errores a ambos lados de la red pero donde Williams fue recobrando su hambre, la tenista de 40 años logró imponerse a Danka Kovinic, de 27. Lo hizo por 6-3 y 6-3, provocando el delirio en Arthur Ashe. Y así Williams se garantizó que este último paso en lo que ha llamado su “evolución” hacia caminos que ya no se recorrerán en pistas de tenis no llega por lo menos hasta el miércoles. Ese día se medirá con la número 2, Anett Kontaveit, de Estonia, una rival mucho más complicada que la montenegrina.

Brillo

No todo pero casi todo gira en este Abierto alrededor de Serena. Sin ella no se entenderían los récords de asistencia de esta jornada inicial del último grande del año. O la lluvia de estrellas que llegó también a la Arthur Ashe: Mike Tyson, Bill Clinton, Anna Wintour, Gladys Knight, Spike Lee, Queen Latifah, Hugh Jackman, Vera Wang...

Serena quería brillar, literal y figuradamente. Nunca tímida en sus opciones de vestuario, salió a la pista con una cazadora y una cola sobre la que habían llovido brillantes de pedrería, igual que en el vestido negro que inicialmente realizó con seis capas (en homenaje a sus títulos neoyorquinos). Brillaba también su melena, recogida en una cola. Y brillaban las zapatillas, donde hasta los lazos estaban incrustados con 400 diamantes.

Cuando salió a la pista la recepción fue, como explicó ella misma después en rueda de prensa, "sobrecogedora", un rugido atronador que "podía sentir en el pecho". Siguió ese respaldo incondicional durante todo el partido, y tras sellar la victoria. Y Williams simplemente se entregó al amor de la afición. "Es bueno para mí simplemente vivir el momento", explicaría después. "En este momento, honestamente, siento que todo es un bonus para mí".

Pero el Abierto había preparado, además, un homenaje, pasara lo que pasara. Y tras la victoria, Williams fue celebrada. Habló en un vídeo grabado Oprah Winfrey. Y le habló desde la pista con hermosas palabras Billie Jean King, vestida de fulgurante rosa, el color favorito de Serena. “No tienes miedo a nada, odias perder, es maravilloso”, dijo la icónica King. “Tocas nuestros corazones y nuestras mentes para ser nuestras versiones auténticas, usar nuestras voces, soñar a lo grande. Gracias por el liderazgo y el compromiso con la diversidad, la igualdad y la inclusión, especialmente para las mujeres y las mujeres de color. Y sobre todo gracias por compartir el viaje con todos nosotros”.

La propia Williams también habló, entrevistada por Gayle King en la pista donde en 1999, a los 17 años, alzó el primero de sus 23 grandes. Como hizo en el ensayo de 'Vogue' en el que anunció su decisión de centrarse en su familia y en aventuras empresariales como su firma de inversiones, recordó lo “duro” que ha sido tomarla.

"Serena 2.0"

Luego en la sala de prensa insistió en la idea de que "es momento de evolucionar a lo próximo". Reconoció también que ha pasado las últimas semanas, desde que hizo público el anuncio de su "evolución", metida "como en una burbuja", intentando no prestar atención a todo lo que se está diciendo y escribiendo sobre ella, incluyendo las confesiones de otras tenistas más jóvenes como Naomi Osaka o Coco Gauff del impacto que ha tenido sobre ellas. "Lo entiendo, pero no medito ni pienso sobre ello. Tendré mucho tiempo para hacer eso pronto", decía.

Williams también explicó que aún tiene cosas que dilucidar sobre su futuro, especialmente tras colgar la raqueta. "No me veo a mí misma sin ser parte del tenis", decía ante la prensa. "No sé cómo voy a hacerlo, pero hemos pasado demasiado juntos para simplemente romper por completo"

Será, como había dicho en la pista, “Serena 2.0”. Pero se construirá sobre la primera versión, la de aquella niña negra que solo quería jugar a tenis y jugó, vaya si jugó. “No importan los obstáculos”, explicó cuando se le preguntó qué quería que se pensara al oír su nombre. “Yo he estado abajo y fuera muchas veces. Pero nunca te rindes, no importa”. “Soy de Compton, California”, acabó. “Y lo he conseguido”.

Todos los resultados de la primera jornada y el programa de este martes en la web del US Open.