TENIS

Serena Williams, el regreso de la invitada más especial de Wimbledon

A los 40 años, la siete veces ganadora en Londres vuelve a jugar un año después de su último partido

Serena, entrenando en Wimbledon.

Serena, entrenando en Wimbledon.

Jaume Pujol-Galceran

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Clasificada en el puesto 1.208 mundial, cumplidos los 40 años, una tenista nunca podría soñar jugar en Wimbledon siempre que no se llamase Serena Williams y hubiese pedido una invitación para participar. 

Así, 363 días después de su último partido, la exnúmero 1 mundial, siete veces campeona del torneo, volverá a jugar después de verse obligada a retirarse el año pasado (29 de junio de 2021) por una torcedura en el tobillo en su primer partido ante la bielorrusa Aliaksandra Sasnovich, con 3-3 en el primer set. 

Será el vigésimo Wimbledon para Serena, 24 años después del primero que jugó en 1998, donde, con 16 años, cayó en tercera ronda ante la española Virginia Ruano. Un escenario donde ha ganado 7 de sus 23 Grand Slams, en 2002, 2003, 2009, 2010, 2012, 2015 y 2016, además de ser finalista en 2004, 2008, 2018 y 2019.

La francesa, de origen asiático, Harmony Tan (115 mundial), que nació cuando Serena debutó en el All England Tennis Club, será este martes la primera en ponerla a prueba. “Solo estar en la pista de nuevo es genial”, admite la tenista estadounidense ante su retorno al escenario de sus grandes triunfos. Si supera el primer examen su siguiente rival podría ser Sara Sorribes, en una parte alta del cuadro en la que están conocidas como Pliskova, Gauff, Halep, Kvitova, Badosa, Muguruza y la gran favorita Swiatek a la que podría cruzarse en unas teóricas semifinales. Un duro camino.  

Ni Serena Williams sabe cómo acabará la aventura de su retorno ni si este Wimbledon será el último torneo de su vida. "No lo sé. Solo puedo decir que estoy aquí. No sé que me deparará en el futuro. Estoy lista para este desafío .Tengo objetivos muy altos, entre ellos ganar", aseguraba en su rueda de prensa el sábado, antes de su debut. 

Fuerzas renovadas

Vuelve con fuerzas renovadas después de un año en blanco por culpa de esa lesión en el tobillo que le impidió jugar todo un año. “Eso fue muy duro. Intenté volver para el US Open. Lo di todo, pero finalmente no pude conseguirlo y decidí colgar las raquetas por un tiempo hasta que me encontrase nuevamente bien físicamente. Necesitaba curarme física y mentalmente, no tenía planes, simplemente no sabía cuándo iba a volver y en qué estado volvería. Estar en Wimbledon es genial”, explica Serena.

La decisión de volver a jugar la tomó poco antes de que comenzase Roland Garros pero lleva meses preparándose para estar al mejor nivel. La semana pasada disputó sus primeros partidos en el torneo de Eastbourne jugando el doble con la tunecina Ons Jabeur y alcanzando las semifinales, que no pudo jugar por la retirada de su compañera por lesión. “Ha sido una buena experiencia”. 

En Wimbledon se le escapó hace tres años la última oportunidad de ganar un Grand Slam para igualar el récord de 24 de la australiana Margareth Court. El Open de Australia en 2017, donde venció a su hermana mayor Venus, fue el último Grand Slam que ha ganado Serena. 

Desde entonces ha perdido dos finales en el Abierto de EEUU y otras sobre la hierba de Wimbledon ante Angelique Kerber y Simona Halep. Pero si en algún lugar Serena se siente capaz de jugar su mejor tenis todavía es sobre la hierba del All England Tennis Club de Londres.

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