Abierto de Australia

Nadal rompe a Medvedev y hace historia en Australia conquistando el 21º Grand Slam

Rafa Nadal gana su 21 título de Grand Slam

Rafa Nadal gana su 21 título de Grand Slam / William WEST / AFP

Jaume Pujol-Galceran

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Brutal, Increíble. El corazón a mil. Adrenalina máxima. Pasión y agonía. ¿Cómo explicarlo? Tras cinco horas y media lo que parecía imposible lo ha hecho realidad Rafael Nadal para conquistar su 21 Grand Slam en una final titánica y épica que quedará para la historia del tenis. Un nuevo milagro para dar la vuelta a un partido que parecía tener perdido cuando estaba dominado por dos sets ante Daniil Medvedev. Una vez más, el exnúmero 1 rescató la épica de la superación, de no rendirse nunca jamás, para darle la vuelta a un marcador que llevarse, "la victoria más importante de mi vida", aseguraba tras imponerse por 2-6, 6-7 (5), 6-4, 6-4 y 7-5.

A sus 35 años, tras salir de seis meses lesionado, sin saber si volvería a jugar al tenis, Nadal se convertía en el 'Rey de reyes' para romper el récord de 20 Grand Slams que compartía con Roger Federer y Novak Djokovic. "Es un animal", lo había definido John McEnroe y lo demostraba en la pista, imponiéndose en una épica batalla, como si tuviera 22 años, cuando en esta misma Rod Laver Arena, mordía por primera vez la copa Norman Brockers al vencer en otra épica final, al mismísimo Federer , también en cinco sets, por 7-5, 3-6, 7-6 (3), 3-6 y 6-2.

"Todos maravillados"

Nadal no podía creerse lo que acababa de hacer. Se tapaba la cara con gesto de incredulidad, mirando a su palco que explotaba de alegría para celebrar su éxito. "Parecía todo imposible", decía su tío Toni Nadal en Eurosport. "Yo creía en su triunfo, pero hoy ha sido un milagro. Tres días antes de marcharse de Australia, no sabía si iría a Melbourne. Fue para competir pero sin convicción sobre sus posibilidades. Todos estamos maravillados", decía feliz.

Abucheos de entrada

El inicio no era optimista. El 'win predictor' previo al partido era de 66 a 34 para Medvedev y dos sets después marcaba en la pantalla 96 a 4 para el tenista ruso. La computadora no contolaba quien es Nadal, su pasión, su talento, su competitividad y su capacidad de sufrimiento. Tampoco lo tuvo en cuenta Medvedev a pesar de que en 42 minutos hizo suyo el primer set, imponiéndose a los abucheos con los que saltó a la Rod Laver Arena, con un público entregado totalmente a Nadal.

Nadal buscaba el error del ruso con su revés cortado y bajo a los pies pero Medvedev aguantó estoico, muy sólido con su saque (83% de efectividad), esperando la oportunidad. Con 1-1, Nadal salvó dos primeros ‘break points’ en contra en un largo juego de 9 minutos y tres golpes mágicos que sorprendieron a Medvedev.

La primera oportunidad perdida no desanimó al ruso, que en la segunda ocasión que tuvo, en el quinto set, rompió en blanco el saque de Nadal para adelantarse 3-2 y repetirlo, también en en blanco, en el séptimo juego, en el que Nadal ayudó con dos dobles faltas. Con esa ventaja, Medvedev certificó el set con un primer saque, después de ganar cinco juegos seguidos.

Espontáneo a la pista

Nadal encajó el golpe pero empezó el segundo set dispuesto a cortar la racha del ruso. Y no solo lo logró sino que apuntó su primera rotura (3-1) tras una hora de juego. La situación había cambiado. Nadal empezaba a jugar más con su estilo, mejorando porcentajes de saque y moviendo al ruso con la derecha, sorprendiéndole con dejadas y cambiando alturas de la bola. Medvedev aguantó el ataque.

El tenista balear hizo lo mejor que supo sufrir en la pista y logró igualar 5-5, tras romper dos saques de Nadal y salvar un set ball con 5-4, en un juego que se alargó más de 13 minutos. Una batalla dentro de la batalla, en la que saltó un espectador a la pista para asustar a Medvedev con 5-3 de Nadal, que se desesperaba y miraba hacia su palco como diciendo “no se que más puedo hacer”.

Medvedev era un muro y superado el acoso logró llegar al ‘tie break’. En ese cara o cruz, de nuevo su saque, fue decisivo para hacer suya la segunda manga, levantando un 5-3 favorable a Nadal que, tras 1 hora y 24 minutos, veía como se esfumaba la ocasión de igualar el marcador.

Empieza la remontada

La máquina rusa parecía irrompible pero Nadal no estaba dispuesto a ceder hasta disputar la última bola. Se le escapó un ‘break point’ en el primer juego. Salvó un 0-40 en el sexto, ante un Medvedev que olía la victoria. La ansiedad hizo mella en Medvedev, que se precipitó y perdió su saque (4-5), con un error en la red, aplaudido por el público y, después, un 'passing shot' paralelo de Nadal. No lo desaprovechó el campeón del 2009. En el siguiente, en blanco, forzaba el cuarto set.

Nadal estaba en la pista para dejárselo todo en ella. No había llegado a la final para ceder fácilmente. Después de su calvario de seis meses lesionado, le recordó a Medvedev que enfrente tenía a un campeón de 20 Grand Slams. Alguién que le remontó un 5-1 en contra en el Masters del 2020 y que ya le dio una lección en la final del Abierto de EEUU que le ganó, también en el quinto set. Entonces Medvedev era inexperto en situaciones así, pero esta vez parecía que podría controlarlo.

No fue así. La tensión atenazaba al ruso, que no pudo hacer el 'break' en el segundo juego y dos juegos después perdía su saque, con una doble falta, para que Nadal se adelantara 2-1 y acabar forzando el quinto set, a pesar de que Medvedev intentó evitarlo con un 'break' (2-2) y en el quinto juego en el que dejó escapar 7 puntos de rotura.

Gloria final

A Medvedev le fue imposible evitarlo ante un Nadal que parecía tener 20 años con la energía que desplegaba en la pista. Los problemas físicos los tenía el tenista ruso que pidió atención del fisio en la pista un par de ocasiones, dolido en unos agotados isquiotibiales. El partido estaba donde quería Nadal. Donde ni se imaginaba cuando en el tercer set Medvedev le dominaba por 3-2 y tenía un 0-40 para hacer el 'break'. No supo cerrar el partido. Dejó escapar tres ocasiones de oro, especialmente la última y lo pagaría al final.j

Casi cinco horas después el que hacía el 'break' era Nadal (3-2), para después salvar tres 'break points' y colocarse 5-3 para ganar el partido con su saque. Medvedev devolvió el 'break' (5-5) pero Nadal no estaba dispuesto a ceder habiendo llegado hasta ese momento. El español recuperó el 'break' en el siguiente juego para volver a disponer de otra ocasión de cazar finalmente al 'oso' ruso, como le llaman a Medvedev, y conseguir la victoria más imposible de su vida.

El triunfo de un campeón único que remataba el punto, el juego, el partido, el título y el 21 Grand Slam con una última volea que Medvedev no pudo responder ante el mismo Rod Laver, que fotografiaba el momento, tan incrédulo como maravillado por la pasión y el carisma de un deportista único.

Así hemos contado la final en directo