VICTORIA 105 EN PARÍS

Nadal supera a Schwartzman y jugará contra Djokovic en semifinales de Roland Garros

El 13 veces campeón se impuso al tenista argentino con autoridad y el numero 1 superó un duelo durísimo ante el italiano Berrettini. que finalizó a la medianoche y sin público

Nadal devuelve un revés.

Nadal devuelve un revés.

Jaume Pujol-Galceran

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Rafael Nadal y Novak Djokovic ya están donde querían desde que llegaron a París. Frente a frente en el gran choque Roland Garros. El número 1 mundial frente al 13 veces campeón de Roland Garros tienen cita en la Philippe Chatrier este viernes (no antes de 17.30 horas, Euosport).

Los dos salvaron el último paso de los cuartos de final. Nadal para alcanzar la penúltima ronda del torneo por 14ª vez desde 2005 que ganó el primer título tras imponerse al argentino Diego Schwartzman por 6-3, 4-6, 6-4 y 6-4. Horas después lo consiguió Djokovic ante el italiano Matteo Berretini por 6-3, 6-2 y 6-7 (5) y 7-5 tras una durísima batalla de 3 horas y 28 minutos que acabó en la media noche. Será el 59º enfrentamiento entre el mallorquín y el serbio.

De momento el número 1 mundial domina por 29-28, aunque en París solo ha conseguido ganarle en una ocasión, en los cuartos de final del 2015.

«Ni puñetera gracia»

El sorteo les emparejó en la misma zona del cuadro y solo uno podrá pasar a la final. Nadal para defender el título de campeón y conquistar su 21 Grand Slam. Djokovic para acercarse, con 19, al récord que comparten Nadal y Federer.

«La puñetera realidad es que no me hace gracia. Prefiría jugar la final con Djokovic. Las finales son más especiales aunque juegues contra Novak, pero nos ha tocado enfrentarnos en semifinales. Soy el número 3 y hay dos mejores que yo. Será un rival dificilísimo. Espero estar a punto para darlo todo. Djokovic es un rival durísimo», decía Nadal después de deshacerse de Schwartman. 

No le fue fácil a Nadal. El tenista argentino le exigió durante los tres primeros sets. Estuvo valiente, agresivo, aguantando el ritmo del mallorquín. Schwartzman (10 mundial), no se encogió pese a tener una desventaja de 10-1 en sus enfrentamientos anteriores.  Sin nada que perder tras alcanzar los cuartos en Roland Garros, tras una gira de tierra lejos de forma, se aferró a la pista y logró arrebatarle un set, el primero del torneo. 

Una doble falta y una derecha a las nubes, le costaron ese set a Nadal. Fue un pequeño premio al esfuerzo de Schwartzman que acabó con la racha de 32 sets ganados por el mallorquín y la posibilidad de acercarse al récord que seguirá un año más en poder de Bjorn Borg, desde 1981, con 41 sets consecutivos sin perder.

De 5.000 a vacio

Schwartzman lo celebró acompañado con una explosión de alegría de los 5.000 aficionados que volvían a las gradas de la Philippe Chatrier, con la nueva normativa sanitaria en Francia por el coronavirus. No tuvieron la misma suerte horas después los espectadores del partido nocturno entre Djokovic y Berrettini que, en el momento más álgido, con 3-2 para el número 1 en el cuarto set, les obligaron a desalojar la pista central por el toque de queda retrasado a las 11 de la noche. Se marcharon sin conocer el resultado.

El partido se paró durante un cuarto de hora y Djokovic logró llevárselo al final, enrabietado, gritando un huracanado "¡Vamos"! que resonó en la Chatrier vacía. «Las condiciones han sido durísimas. He estado a dos puntos para ganarlo en el tercer set. Pero he tenido enfrente a un magnífico rival" , decía al final del partido tras 3 horas y 28 minutos de pelea con el gigante italiano (1,96) .

Un 9-0 final

Nadal tuvo que luchar menos. El mallorquín que sufrió en los primeros sets acabó encadenando nueve juegos seguidos de forma espectacular. «He encontrado la calma para golpear la. Necesitaba esta sensación de tranquilidad y eso es una gran noticia. Necesitaré jugar a este nivel en lo que queda», decía satisfecho por su reacción.

«Hacía un golpe ganador tras otro y yo no podía salir de esa presión. La verdad es que Rafa siempre encuentra la forma de escaparse. Claro que acá él es imbatible», aceptaba con resignación Schwartzman tras la derrota.