DRÁSTICAS MEDIDAS POR EL CORONAVIRUS

Custodia policial a la llegada de los tenistas a Australia

Los jugadores aterrizan en Melbourne bajo medidas drásticas de seguridad y son privados de salir de las habitaciones durante 24 horas.

Rafael Nadal llega a Adelaida donde pasará un confinamiento 'especial' con su familia y el resto de 'top 3' mundiales.

La entrada de 1.200 personas para jugar el torneo es considerada "un gran riesgo", por epimiólogos de cara a la lucha contra el coronavirus.

Rafael Nadal, a su llegada a Adelaida

Rafael Nadal, a su llegada a Adelaida / STRINGER

Jaume Pujol-Galceran

Jaume Pujol-Galceran

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Melbourne ha recibido a los tenistas con una burbuja de máxima seguridad para evitar cualquier contagio de coronavirus en el estado de Victoria, donde a partir del 8 de febrero comenzará el Abierto de Australia.

Medidas drásticas que deberán pasar las 1.200 personas que han comenzado a llegar en los vuelos ‘charter’  fletados por el gobierno australiano para transportar a los jugadores, técnicos, árbitros y personal de la organización del primer Grand Slam de la temporada y de la ATP Cup y (inicio 1 de febrero) además los dos torneos de 250 del circuito que se disputarán en las instalaciones de Melbourne Park.

Los aterrizajes de los vuelos se han llevado a cabo en una pista privada donde los jugadores y personal han sido recibidos por sanitarios vestidos de EPI que directamente los han trasladado a sus hoteles para someterse a pruebas de PCR donde deberán pasar 24 horas sin salir de sus habitaciones.

Nadal con la familia

Bajo estas mismas medidas y protocolo han aterrizado también Rafael Nadal, su familia y su cuerpo técnico que, como otras 50 personas, pasará la cuarentena en una burbuja especial en Adelaida, junto Novak Djokovic, Dominic Thiem, Simona Halep, Naomi Osaka y Serena Williams, para participar en una exhibición en la ciudad australiana el 29 y 30 de enero, antes de viajar a Melbourne.

Críticas al gobierno

La llegada del circo del circuito tenístico a Australia no ha sido bien recibida por el peligro que supone para el resto de ciudadanos. Algunos epimiólogos prominentes del país han advertido que traer 1.200 jugadores, funcionarios y personal de apoyo "representa un gran riesgo" en un momento en que Australia está tratando desesperadamente de mantener alejadas las cepas mutantes de SARS-COV-2 que han elevado las tasas de infección en el extranjero.

La federación australiana y el gobierno del estado de Victoria han respondido a esas opiniones contrarias argumentando que se ha creado una burbuja hermética para el confinamiento de los tenistas y resto de personal.

Negocio y discriminación

Además de que la posibilidad de celebrar el Abierto de Australia supone una inyección económica a la ciudad de Melbourne y el estado de Victoria. El año pasado el torneo ganó 380 millones de dólares, creó 1.700 empleos y alcanzó una audiencia televisiva de 900 millones.

Al margen de esos beneficios el gobierno australiano ha recibido críticas por permitir la entrada de los tenistas, mientras no pueden hacerlo más de 40.000 australianos que esperan el permiso para viajar a su país o cientos de ciudadanos otras ciudades australianas están sufriendo estrictos controles y no pueden desplazarse al estado de Victoria . “La gente tiene razón al señalar el tratamiento de las estrellas del tenis en comparación con las decenas de miles de australianos comunes”, denunciaba el periódico ‘The Age’.

Andrew Constance, ministro de Transporte de Nueva Gales del Sur, ha  cuestionado también las estrictas restricciones fronterizas del coronavirus del gobierno victoriano sobre los habitantes de Sydney que "obstaculizan los negocios y el transporte de mercancías, además de separar familias".