PRIMER DÍA DE COMPETICIÓN EN LA CAJA MÁGICA

Tímido arranque de la Copa Davis en Madrid

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Alejandro García

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Después de años de trabajo, de meses de especulaciones y de interminables semanas de preparación, las nuevas finales de la Copa Davis de tenis ya son una realidad. El sueño tantas veces relatado por Piqué se cristalizó este lunes en la Caja Mágica, con los mejores jugadores del mundo reunidos para pelear por el título mundial del tenis, pero la respuesta del primer día de competición, a la espera de que este martes debute el equipo de España, se saldó con una tímida asistencia e implicación, en comparación con la grandilocuencia que rodea a toda la organización.

MUNDIAL EN MINIATURA

El central del Barça, después de promocionar hasta la saciedad el evento en la semana previa, no se dejó ver en el día inaugural de la gran revolución que ha proyectado en el mundo del tenis. La nueva pista diseñada para el torneo demostró ser versátil: permite saques con los que se puede marcar la diferencia, pero también largos intercambios de golpes que enriquecen el espectáculo.

Piqué hizo hincapié en la presentación oficial del carácter mundialista del torneo y el gran objetivo de la nueva Davis era reproducir esos ambientes característicos entre punto y punto que siempre ha generado la competición, con una fogosidad y una visceralidad no conocidas en ningún otro torneo de tenis, pero en la primera jornada solo lo consiguió a pequeña escala. 

Entre la oscuridad imperante en las pistas, con todos los ventanales tapados, todo parece diseñado para propiciar una atmósfera propia de los grandes eventos, pero antes de que lleguen las instancias finales, un grupo ruidoso de casi un centenar de belgas y una charanga croata pusieron algo de color en los primeros partidos de la tarde. 

Tras atravesar el frío imperante en los aledaños, junto a las cafeterías, hamburgueserías, stands de patrocinadores y juegos para conseguir regalos, los espectadores podían elegir asiento en la grada sin muchos problemas. La pista central registrará su primer lleno este martes por la tarde, con el primer partido de una España que será la única selección con el respaldo masivo de la grada, con esa sensación tan de la Copa Davis de jugar en casa. En la primera jornada, las aficiones no han sido más que un reducto de apoyo junto la banquillo de cada selección, el lugar al que mirar para celebrar los puntos y al que agradecer en la victoria.

A media mañana, había más coches accediendo a los aparcamientos oficiales y furgonetas de reparto que grupos de animosos aficionados, estaba más ajetreada la oficina de acreditaciones que la cola para las taquillas.

ACTUACIÓN DESLUCIDA

Las primeras horas de la tarde de un lunes no era el horario ideal para la flamante inauguración de la nueva Copa Davis, pero el calendario del tenis no concedía más huecos. La organización preparó un espectáculo de luces y proyecciones sobre la pista, todo acompañado por una música estridente, que debió hacer las delicias de los telespectadores, pero que no atrajo al público masivo. La gente se lo tomó con tranquilidad y, mientras el artista Farruko cantaba para una grada vacía, las mesas para comer estaban repletas.

El desangelado aspecto con el que empezó el espectáculo no mejoró demasiado cuando llegó el turno del desfile de selecciones, al más puro estilo de unos juegos Olímpicos, pese al constante goteo de público que deambulaba por la oscuridad buscando su asiento. Cada vez que apetecía una selección precedida de su bandera, de detectaba en la grada el reducto de sus compatriotas, dispuestos en grupos de no más de una veintena de aficionados por país, nada exagerado, aunque envidiablemente ataviados.