EL CAMPEÓN SE DESPIDE

Djokovic cede el paso

La retirada del número 1 por una lesión de hombro da alas a la potencial final entre Nadal y Federer

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Idoya Noain

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Desde que en 2009 abandonó en cuartos el Abierto de Australia cuando luchaba por revalidar el que por entonces era su único título de Grand Slam, Novak Djokovic nunca se había retirado a mitad de un partido en un grande. Este domingo, en el Abierto de Estados Unidos, un jugador radicalmente distinto, con 16 grandes en su currículo y el número 1 mundial, tuvo que volver a decir adiós contra su voluntad, impedido por problemas en el hombro izquierdo alrededor de los cuales mantiene un hermetismo total.

Su retirada en la cuarta ronda neoyorquina cuando perdía 4-6, 5-7, 1-2 frente a su amigo Stan Wawrinka, decimotercera de toda su carrera y sexta en un ‘major’, es un auténtico mazazo para Nole. A los 32 años, no solo ve desvanecerse, por tercera vez, su posibilidad de renovar consecutivamente título en Nueva York sino que ve estancarse, siquiera por ahora, su persecución del récord de Roger Federer (20 grandes) y de Rafael Nadal (18). El suizo y el manacorí, que con Djokovic acumulan 54 de los últimos 64 grandes, en cambio mantienen vivo el sueño, propio y de aficionados, de medirse por primera vez en la final de Flushing Meadows (aunque Nadal aún debía superar este lunes a Marin Cilic para asegurarse su lugar en cuartos).

Crueles abucheos, la sal en la herida

Los irrespetuosos y según algunos analistas incluso “crueles” abucheos que le dedicaron a Djokovic muchos espectadores cuando abandonó la pista Arthur Ashe tras disputar solo 106 minutos de juego donde sus problemas se hicieron evidentes en 35 errores no forzados son sal en la herida abierta del campeón serbio, que este mismo año se coronó también en Australia y Wimbledon. Y aunque habló con elegancia de esos abucheos  (“obviamente el público vino a ver un partido completo y muchos no sabían lo que estaba pasando y no se les puede culpar”, dijo ante la prensa), reconocía el sue¿o roto: “No es secreto que tengo, por supuesto, deseo y una meta de alcanzar el mayor número de grandes y el récord de Roger”.

Esa meta ahora vuelve a alejarse. Es imposible saber cómo o cuánto, pues Djokovic se ha cerrado en banda a hablar de los problemas de su hombro, de los que empezó a quejarse en el partido de segunda ronda frente a Juan Ignacio Londero pero que no fueron evidentes en el de tercera ante Denis Kudla. Lo único que explicó el domingo es que “el dolor fue constante durante semanas, algunos días más alto, otros con menos intensidad”.

Lo que Djokovic dejó también claro es que confía en que esto sea solo un parón en su lucha. “Confío en que me queda un largo camino por delante, espero poder jugar muchos más años. Planeo hacerlo. No veo el final a la vuelta de la esquina. Ahora se trata de mantener mi cuerpo y mi mente en forma”. De momento, no obstante, el número 1 cede paso.