FINAL PARA LA HISTORIA

Djokovic gana a Federer en la final más larga de Wimbledon

Djokovic con la copa de Wimbledon,.

Djokovic con la copa de Wimbledon,. / periodico

Jaume Pujol-Galceran

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Después de 4 horas y 57 minutos, cinco sets y, por primera vez en la historia de Wimbledon, decidido en un tie break, Novak Djokovic se apuntó una victoria para la historia que va a pasar a formar parte de los grandes clásicos de las 133 ediciones del torneo. Venció a Roger Federer en un emocionante y épico final por 7-6 (3), 1-6, 7-6 (4), 2-6 y 13-12 (3).

El tenista serbio se hizo con el título por quinta vez y sumó su 16º Grand Slam en la carrera que mantiene desde hace más de una década con Federer (20) y Rafael Nadal (18). Djokovic logró la proeza después de salvar dos match balls en el último set con servicio de Federer (8-7 y 40-15), que acariciaba la novena corona. 

Exclamaciones de la grada

«Surrealista», había dicho Federer de su presencia en otra final en Wimbledon a dos semanas de cumplir los 38 años. Pero aún más surrealista fue el partido que ayer vivió sobre la hierba del All England Lawn Tennis Club de Londres. El tenista suizo, que desde que ganó en el 2003 ha jugado 12 finales en Wimbledon, recordará cómo se le escurrió de las manos. Una derecha fuera de las líneas y, después, un passing cruzado de Djokovic se lo impidieron. El tenista serbio acabó por romperle el servicio, manteniendo el pulso hasta el tercer y definitivo tie break, que acabaría dándole la victoria.

 Djokovic había ganado también el primer tie break con el que se apuntó el primer set y otro más, en el tercero, para adelantarse con dos sets a uno en el marcador. Pero Federer había conseguido salvar las dos veces. En el segundo set con un juego impecable en el que hizo break en dos ocasiones (1-0 y 3-0) a Djokovic, al que dejó ganar solo un juego, y, en el tercero, nuevamente sorprendiendo al tenista serbio con dos roturas (3-2 y 5-2) para forzar el quinto y definitivo set.

Federer fue recibido en la central con una ovación espectacular. Era el reconocimiento a un campeón eterno que nunca, seguro, van a olvidar en Wimbledon ni tampoco en la historia del tenis. Pocas de las 15.000 personas que habían pagado 225 libras esterlinas para asistir al partido podían imaginar la final que iban a vivir durante las 4 horas y 57 minutos que duró el partido, nuevo récord del torneo, superando el mágico clásico que Federer ya vivió en el 2008 en la final ante Rafael Nadal, que también perdió tras 4 horas y 48 minutos, casi a oscuras por 6-4, 6-4, 6-7 (5), 6-7 (8) y 9-7.

Un partido con un inexplicable final haciendo un repaso de las estadísticas, que favorecieron en casi todo al tenista suizo. Federer fue el que más aces logró (25 contra 10), el que mejor porcentaje de primeros servicios tuvo (63% contra 62%), el que mejor estuvo en la red (78% contra 63%), también con el resto, la especialidad del serbio (36 contra 31%), en golpes ganadores (94 contra 54) e incluso en el total de puntos ganados en el partido (218 contra 203). Djokovic solo le ganó la partida con los errores no forzados (52 contra 61 de Federer). Surrealista.

Un partido que fue subiendo de intensidad hasta alcanzar la máxima épica en un último set, que se decidió en el tie break por primera vez en la historia del torneo. A partir de esta edición, en el quinto set también se va al desempate cuando se llega al 12-12. Una norma para impedir maratonianos partidos como el que en el 2010 John Isner ganó a Nicolas Mahut en tres días y con un quinto set 70-68.

"Es irreal"

En ese último tie break y ya con 6-3 a su favor, Djokovic aún tuvo que repetir el último punto cuando Federer pidió el Ojo de Halcón por un saque suyo que se vio después que había entrado. Djokovic se quejó y le pegó un raquetazo a la silla del árbitro, que le amonestó. Se repitió el punto y Federer, ya sí, cedió la victoria.

«Ha sido una locura, ha sido un partido increíble, largo y que tuvo de todo. Te felicito, Novak», le reconoció el ocho veces campeón de Wimbledon, que se acababa de llevar uno de los golpes más duros de su carrera, consciente de que, a sus 37 años, casi 38, la posibilidad de volver a intentarlo se complica. «Es irreal», reconocía el propio Djokovic.  

«Desafortunadamente en el tenis un jugador tiene que perder y hoy los dos tuvimos nuestras oportunidades. Para mí ha sido irreal tener dos puntos en contra y ganar el partido», admitía el tenista serbio.