Bolsova pone fin a su sueño en Roland Garros

El sueño de Aliona Bolsova en Roland Garros se acabó. La joven estadounidense Amanda Anisimova la despertó en 69 minutos con una contundente victoria por 6-3 y 6-0. La tenista de Palafruguell se despidió en la nueva pista, Simonne Mathieu, joya del torneo,construida en el Jardin des Serres d’Auteil, toda de cristal y rodeada de plantas de todos los continentes. "Ya está, ahora me voy a casa a descansar. Ya llevaba muchos días y estaba cansada física y mentalmente.  Ella tiene mejor ránking, más experiencia a este nivel y ha estado muy fina y valiente, no es fácil manejar una situación tan nueva para mí”, decía feliz por haber finalizado una aventura que comenzó en la previa y acaba en los octavos de final de Roland Garros.

Anisimova (51 mundial), a pesar de sus 17 años, tiene mucha más experiencia. la estadounidense fue semifinalista en Indian Wells en el 2018 y este año campeona en Bogotá, además de octavo finalista de Australia. Con un físico aún de ‘teenager’, largas piernas y brazos, con una estatura de 180 centímetros, de origen ruso por su padre y  bautizada como la 'Kournikova americana', en la pista desplegó un juego agresivo, muy potente y directo, montada sobre la línea de fondo que acabó desbordando a Bolsova. 

Bolsova: "Soy de pueblo, de Palafrugell, sincera y auténtica"

La española ha aguantado la salida de caballo de su rival para mantener un pulso de fuerza hasta el 2-2 del primer set, pero tras ceder su servicio por primera vez (4-2), sus ilusiones se han ido diluyendo. Bolsova solo ha podido apuntarse un juego más antes de que Anisimova firmara su pase a cuartos de final, donde mañana se enfrentará a la campeona del torneo, Simona Halep. La rumana se deshizo de la desconocida tenista polaca Iga Swiatek por 6-1 y 6-0. En otros partidos del torneo femenino la australiana Ashleigh Barty se ha impuesto a la estadounidense Sofia Kenin (6-3, 3-6, 6-0) y la estadounidense Madyson Keys de la checa Katerina Siniakova (6-2, 6-4).

"Toca desconectar"

Bolsova ni verá ese partido cuando regrese a Palafrugell, ayer solo tenía una idea fija. “Pillar el primer avión para irme a descansar a una playa de la Costa Brava a escuchar música y el ruido del mar. Desconectar. Tiempo habrá para seguir. Esto es muy largo, tengo 21 años y voy a seguir trabajando para mi futuro”. De momento se marcha con 243.000 euros de premio y una plaza entre las 100 primera del mundo. Todo un premio.