LA ECLOSIÓN DE UNA FUTURA ESTRELLA

El cuento de hadas de Bianca Andreescu

La canadiense de 18 años gana en Indian Wells en su primera participación y como invitada

Bianca Andreescu, en la final ante Kerber en Indian Wells.

Bianca Andreescu, en la final ante Kerber en Indian Wells. / periodico

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Bianca Andreescu protagonizó el pasado domingo una de esas raras historias del mundo del deporte en que se intuye la eclosión de una estrella. Esta canadiense de padres rumanos, de solo 18 años, ganó su primer torneo de tenis precisamente en un Premier Mandatory (los más importantes tras los cuatro del Grand Slam), en su primera participación en Indian Wells (como Serena Williams, que lo hizo a los 17 años) y habiéndose beneficiado de una 'wild card': ninguna invitada había llegado nunca tan lejos en un torneo de esa magnitud.

"Es como un cuento de hadas, es  una locura todo lo que puede pasar en el margen de un año", aseguró Bianca tras derrotar en una batallada final, por 6-4, 3-6 y 6-4 en dos horas y 18 minutos, a la experimentada alemana Angelique Kerber, exnúmero 1 mundial y ganadora de tres torneos de Grand Slam.

Más allá del millón largo de euros embolsados por la joven tenista y del hecho de que este lunes amaneció en el puesto 24º de la clasificación mundial (comenzó el año siendo la 152ª), hay que destacar las virtudes que han hecho reparar en la joven canadiense, formada en el centro nacional que la federación de ese país tiene en Toronto (como las jóvenes figuras masculinas Denis Shapovalov y Felix Auger-Aliassime) y que ha superado un par de años de lesiones y dudas personales antes de eclosionar. Este año ya había sido finalista en Auckland, semifinalista en Acapulco y lleva ganados 28 partidos, más que ninguna otra tenista.

La inspiración de Naomi Oaka

Gran seguidora de los Toronto Raptors (equipo de Marc Gasol) y adepta a la meditación desde lo 13 años, Bianca Andreescu se inspiró en la campeona del año pasado en el torneo californiano, la japonesa Naomi Osaka, que a sus entonces 20 años ganó ahí su primer torneo y actualmente ya es número 1 mundial, tras haber ganado el Abierto de EEUU (2018) y el de Australia (2019)

"Lo que ha hecho ella es increíble, pero no quiero pensar aún en el futuro, sino disfrutar de este triunfo. Nadie sabe qué va a pasar la semana próxima", explicó la canadiense, que sí sabe que participará en Miami con nuevas expectativas. De ella impresionan su determinación, potencia y sangre fría, como se vio ante Kerber al remontar un 2-3 en el tercer set pese a fuertes dolores en los pies y en el hombro.