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Ciencias de la Tierra

Fijar carbono en árboles y suelos podría ayudar a estabilizar el clima durante siglos

Las técnicas naturales, acompañadas de estrategias de "almacenamiento geológico" permanente basado en la tecnología, podrían reducir el impacto negativo del cambio climático y generar un nuevo equilibrio

Los bosques y otras alternativas naturales para fijar carbono pueden ser una esperanza real para reducir los efectos del cambio climático.

Los bosques y otras alternativas naturales para fijar carbono pueden ser una esperanza real para reducir los efectos del cambio climático. / Crédito: CC0 Public Domain.

Pablo Javier Piacente / T21

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Un nuevo estudio concluye que los proyectos de eliminación de carbono basados en la naturaleza, como la plantación de nuevos bosques o la restauración de los existentes, pueden convertirse en soluciones efectivas contra el cambio climático cuando se equilibran con una cartera de otras técnicas de eliminación, según los investigadores.

Un artículo científico publicado en la revista Joule plantea que almacenar dióxido de carbono en árboles y suelos puede contribuir a estabilizar la temperatura global durante siglos, siempre que esas soluciones naturales formen parte de estrategias combinadas con almacenamiento geológico y otras tecnologías permanentes.

Integración de estrategias naturales y tecnológicas

Los autores proponen un marco de gestión del riesgo que establezca cuánto “colchón” de carbono adicional hace falta cuando se confía en métodos biológicos susceptibles de reversión, de acuerdo a una nota de prensa. Los investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, advierten que los proyectos basados en la naturaleza, como la reforestación o la aplicación de biochar o carbón vegetal en suelos, son útiles y económicamente atractivos, pero sufren mayor probabilidad de volver a emitir ese carbono por incendios, cambios en el uso del suelo o gestión inadecuada.

Para compensar esa incertidumbre, el estudio calcula que en carteras mixtas suele ser suficiente reservar aproximadamente dos toneladas de carbono removido por cada tonelada que se use para compensar emisiones, mientras que proyectos muy dependientes de soluciones naturales podrían requerir hasta nueve toneladas de reserva por cada tonelada compensada. Esa diferencia evidencia el alto coste y la baja conveniencia de depender exclusivamente de la naturaleza para lograr estabilidad climática a largo plazo, según los científicos.

Sin embargo, el nuevo marco propuesto no desprecia las soluciones naturales: por el contrario, las sitúa como componentes valiosos y de bajo coste dentro de una “cartera” más amplia que incluya soluciones permanentes, como la captura directa de aire (DAC) combinada con almacenamiento geológico profundo.

Referencia

Carbon storage portfolios for the transition to net zero. Conor Hickey et al. Joule (2025). DOI:https://doi.org/10.1016/j.joule.2025.102164

Dos conclusiones para un mismo camino

Los especialistas plantean que integrar opciones baratas pero temporales con opciones más caras y permanentes permite a la sociedad aprovechar lo disponible hoy, pero sin renunciar a la seguridad necesaria para mantener la temperatura estable durante siglos. Al mismo tiempo, esa estrategia también serviría para equilibrar incentivos de mercado y las limitaciones actuales de escalado de las tecnologías de almacenamiento permanente.

Los hallazgos del estudio permiten dos conclusiones: por un lado, impulsar la restauración de paisajes y prácticas agrícolas que secuestran carbono tiene sentido, pero no como excusa para postergar reducciones reales de emisiones contaminantes. En otro orden, queda claro que es vital acelerar la inversión en soluciones permanentes y en mecanismos financieros que aseguren que las reservas de carbono funcionen realmente como “colchones” a largo plazo.