Astronomía

La NASA confirma que un nuevo objeto interestelar atraviesa la Vía Láctea

Un cometa proveniente de otro sistema estelar se acerca al Sol a una velocidad de 245.000 kilómetros por hora

Este diagrama muestra la trayectoria del cometa interestelar 3I/ATLAS a su paso por el Sistema Solar. Concretará su aproximación más cercana al Sol en octubre.

Este diagrama muestra la trayectoria del cometa interestelar 3I/ATLAS a su paso por el Sistema Solar. Concretará su aproximación más cercana al Sol en octubre. / Créditos: NASA/JPL-Caltech.

Pablo Javier Piacente / T21

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Los expertos han confirmado que el misterioso objeto que cruza a toda velocidad por nuestra galaxia, anteriormente denominado A11pl3Z, es un objeto interestelar. El intruso cósmico, oficialmente llamado 3I/ATLAS y catalogado como un cometa interestelar, es el tercero en su tipo que se ha detectado hasta hoy: pasará cerca de la Tierra a finales de este año.

NASA ha confirmado oficialmente mediante un comunicado de su equipo científico el descubrimiento de un nuevo objeto proveniente del exterior del Sistema Solar, bautizado oficialmente como 3I/ATLAS. Se trata del tercer visitante interestelar detectado hasta la fecha, tras Oumuamua en 2017 y el cometa 2I/Borisov en 2019. El hallazgo tuvo lugar gracias al programa ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), financiado por la agencia y operado desde Chile, Hawái y Sudáfrica.

Descubrimiento y confirmación

El objeto, inicialmente identificado como A11pl3Z, fue captado por primera vez el 1 de julio de este año por el telescopio ATLAS instalado en Río Hurtado, Chile. Tras aquel aviso, los astrónomos recuperaron observaciones previas del 14 de junio en los archivos de ATLAS y del Zwicky Transient Facility en California, extendiendo así la ventana de detección y confirmando su trayectoria hiperbólica.

Con un desplazamiento de aproximadamente 245.000 km/h, 3I/ATLAS se mueve a través de la Vía Láctea en una ruta prácticamente rectilínea, sin quedar atrapado por la gravedad solar. Hasta el momento se encuentra a unas 4,5 unidades astronómicas del Sol (cerca de 670 millones de kilómetros) y, según los cálculos de los científicos, no representará peligro para la Tierra, manteniéndose siempre a más de 1,6 UA de distancia, o sea unos 240 millones de kilómetros.

Su extraña trayectoria, diferente a cualquier otra en el Sistema Solar, permitió definir que se originó más allá de la influencia gravitacional del Sol y que tiene suficiente impulso para atravesar rápidamente nuestro vecindario cósmico, sin disminuir la velocidad.

La denominación 3I/ATLAS obedece a la nomenclatura de la Unión Astronómica Internacional (UAI): “3” indica que es el tercer objeto interestelar identificado oficialmente, “I” señala su origen intergaláctico y “ATLAS” reconoce al sistema que lo detectó. Su nombre completo en el catálogo de cometas es C/2025 N1 (ATLAS), según informa Live Science.

Observaciones realizadas por el Proyecto Telescopio Virtual. Créditos: Proyecto Telescopio Virtual / YouTube.

Reaparece detrás del Sol en diciembre

Los astrónomos esperan que el cometa alcance su perihelio, que es el punto más cercano al Sol, el 30 de octubre de 2025, situándose a 1,4 UA (unos 210 millones de kilómetros), ligeramente por dentro de la órbita de Marte. Previamente, sobrepasará al Planeta Rojo a unos 0,4 UA de distancia, brindando una oportunidad única para estudiar su comportamiento con telescopios de gran apertura.

¿Por qué fue catalogado como un cometa? A diferencia de Oumuamua, que mostró un aspecto rocoso y carente de coma visible, 3I/ATLAS presenta indicios iniciales de actividad cometaria: una tenue coma de gas y polvo y atisbos de cola, detectados por el Centro de Planetas Menores de la UAI. Más allá de estos datos, los científicos aún no han determinado con precisión su tamaño ni su forma: las estimaciones oscilan entre 10 y 20 kilómetros de diámetro, aunque algunos informes sugieren que podría alcanzar hasta 30 kilómetros.

Se supo que durante septiembre permanecerá observable desde la Tierra, hasta que su cercanía al Sol complique los seguimientos ópticos. Se prevé que reaparezca detrás del Sol en diciembre, momento en el cual regresarán las campañas de observación para completar su caracterización física y determinar con exactitud su composición.

Investigadores de todo el mundo, desde los responsables del Observatorio Vera C. Rubin hasta el Telescopio Espacial James Webb e incluso las misiones encargadas de los rovers marcianos, han programado sesiones de estudio de 3I/ATLAS. Su paso supone una inmejorable oportunidad para aprender sobre la formación de exoplanetas, ya que estos visitantes pueden aportar datos de gran valor sobre los elementos y las condiciones que predominan en otros sistemas estelares.