Neurociencias

Las células cerebrales más viejas olvidan quiénes son

Un mini cerebro con tres meses de desarrollo ha permitido comprobar cómo las neuronas pierden su funcionamiento con el paso del tiempo

La sección transversal de un mini cerebro de 90 días hecho de células madre muestra por primera vez que los organoides cerebrales pueden envejecer.

La sección transversal de un mini cerebro de 90 días hecho de células madre muestra por primera vez que los organoides cerebrales pueden envejecer. / Crédito: Universidad de Innsbruck.

Pablo Javier Piacente / T21

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Un nuevo proyecto de investigación ha documentado la forma en que las células van envejeciendo en un organoide cerebral: se trata de un hallazgo innovador para comprender el proceso de envejecimiento del cerebro humano y para la búsqueda de soluciones que permitan contrarrestar estos mecanismos.

Un equipo científico de la Universidad de Innsbruck, en Austria, ha puesto en marcha un proyecto de investigación que intenta desvelar los secretos del envejecimiento cerebral: analizando el desarrollo de organoides cerebrales o mini cerebros e induciendo el envejecimiento de sus células, lograron apreciar cómo se produce el deterioro y hasta comenzaron a diseñar terapias genéticas para lograr revertirlo en el futuro.

De acuerdo al resumen del proyecto, financiado por el Fondo Científico Austriaco FWF, los investigadores destacan que es clave comprender el proceso de deterioro de las células cerebrales porque las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, entre otras, están claramente relacionadas con este mecanismo. 

Inducir el envejecimiento en organoides cerebrales

“Los procesos moleculares que desempeñan un papel en el envejecimiento neuronal aún son en gran parte desconocidos. Solo cuando comprendamos mejor estos procesos será posible desarrollar terapias que contrarresten las causas del Alzheimer y patologías similares", destacó en una nota de prensa el científico Frank Edenhofer, director del proyecto.

Los organoides cerebrales son cerebros en miniatura en 3D que se acercan a la estructura del cerebro humano, en mayor medida que los cerebros de ratones o los cultivos celulares en 2D. Ahora, los investigadores poseen un modelo de tejido humano que les permite observar el envejecimiento del cerebro con un detalle sin precedentes.

Teniendo en cuenta que los mini cerebros se desarrollan a partir de células madre, que se encuentran en un estado de "juventud", es muy complejo inducir su envejecimiento. Para lograrlo, "obligaron" a las células a expresar una proteína llamada progerina, que induce el envejecimiento. En los seres humanos, la progerina desencadena el síndrome de Hutchinson-Gilford, que genera un deterioro extremadamente rápido y prematuro.

Las células cerebrales "olvidan" su identidad

 "Apreciamos procesos degenerativos típicos: daños oxidativos y otros relacionados con la edad en el ADN, así como una actividad mitocondrial reducida. Pero los marcadores epigenéticos, que dan a las células su identidad y determinan su funcionamiento, se pierden gradualmente y son vitales. Como resultado de esto, las neuronas afectadas "olvidan" quiénes son y dejan de funcionar", agregó Edenhofer en el comunicado.

Desentrañar estos procesos no solo permitirá el desarrollo de nuevas terapias para combatir patologías como el Alzheimer, sino que también podría conducir a la creación de estrategias para revertir el envejecimiento cerebral. En ese sentido, el grupo de investigación ya ha detectado algunos genes nunca antes identificados en estos procesos, cuya modificación podría facilitar en un futuro la reversión del deterioro neuronal ligado al envejecimiento.

Referencia

A fountain of youth for the human brain. Frank Oliver Stefan Edenhofer. FWF (2025). DOI:https://www.doi.org/10.55776/TAI801