Dará pistas sobre los gases de efecto invernadero en Venus

El telescopio Webb podría salvar a la Tierra

Ayudará a entender crisis climáticas y ambientales que sufrieron otros planetas

Foto: el telescopio James Webb es el “laboratorio espacial” activo más complejo creado hasta el momento.

Foto: el telescopio James Webb es el “laboratorio espacial” activo más complejo creado hasta el momento. / Crédito: NASA.

Pablo Javier Piacente

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El telescopio espacial James Webb ayudará a los científicos a buscar dióxido de carbono y otros gases que podrían indicar estados de efecto invernadero fuera de control en otros cuerpos planetarios: de esta forma, permitirá acceder a nuevas herramientas para intentar controlar las consecuencias del cambio climático en la Tierra

Un grupo de científicos de la Universidad de California en Riverside, en Estados Unidos, aplicará la información brindada por el telescopio espacial James Webb para identificar y comprender en profundidad los procesos de cambio climático y las crisis ambientales que sufrieron planetas como Venus, y otros astros similares, a lo largo de su historia. Los datos podrían servir para desarrollar estrategias viables destinadas a gestionar la crisis ambiental y climática que atraviesa nuestro planeta. 

En ese sentido, los investigadores creen que Venus, el planeta infernal, podría ser una "vista previa" del futuro de la Tierra si el cambio climático se intensifica. Comprender cómo funcionan los gases de efecto invernadero desbocados gracias a la información aportada por el

telescopio Webb

puede decirnos cómo prevenir ese futuro.

Comprender el cambio de Venus

Según indica el astrofísico Stephen Kane, líder del grupo de investigación, en una

entrevista

publicada en el portal de UC Riverside, el objetivo de los científicos es determinar cómo y por qué

Venus

pasó de ser un planeta con condiciones relativamente “amigables” para la vida a un astro con temperaturas superficiales que superan los 426 grados Celsius, sin agua y con nubes de ácido sulfúrico. 

Al mismo tiempo, buscarán identificar otros planetas que hayan pasado por procesos similares y si es posible determinar la frecuencia con la cual se viven esas crisis ambientales en los cuerpos planetarios. El telescopio espacial James Webb fue lanzado el 25 de diciembre de 2021 y en menos de dos semanas llegará a su destino final, ubicándose a 1,6 millones de kilómetros de la Tierra. 

Ver lo invisible en el cosmos

La nave espacial y su avanzado telescopio se dirige hacia uno de los denominados puntos de Lagrange

, un sitio en el espacio donde la gravedad de la Tierra y el Sol se cancelan. Esto le permitirá permanecer en una órbita estable alrededor del astro rey, para de esa manera “apuntar” hacia cualquier parte del cosmos sin que la Tierra se interponga en su camino. 

Webb es un observatorio espacial desarrollado a través de la colaboración de veinte países, construido y operado en forma conjunta por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense. Está diseñado principalmente para "ver" la luz infrarroja con una sensibilidad extrema, una característica que permitirá a los astrónomos detectar estrellas y planetas que se están formando y que aún no son visibles en condiciones normales. 

Los científicos estadounidenses utilizarán los datos de Webb para medir las atmósferas de los exoplanetas, con el propósito de determinar si se parecen más a la Tierra o a Venus. Específicamente, intentarán descubrir dióxido de carbono y otros gases que podrían aportar evidencias de estados de completamente descontrolados, como podría ocurrir en la Tierra si el cambio climático se agudiza. 

Desviarse del camino de Venus

El efecto invernadero es un fenómeno natural e incluso beneficioso, porque provoca que ciertos gases presentes en la atmósfera retengan parte de la radiación térmica emitida por la superficie de la Tierra, luego de ser calentada por el Sol. Esto permite mantener la temperatura del planeta a un nivel adecuado para que la vida sea posible.

Sin embargo, el aumento en las emisiones de dióxido de carbono y metano ha incrementado su presencia en la atmósfera, generando que estos gases retengan más calor. Como consecuencia, la temperatura planetaria se incrementa y provoca el llamado calentamiento global. Los investigadores liderados por Kane buscarán descubrir cómo un proceso similar modificó por completo las condiciones climáticas de Venus

, transformándolo en un planeta inviable para el desarrollo de la vida. 

Al parecer, el telescopio Webb podría ser una de las últimas posibilidades para que la Tierra logre desviarse del camino que la lleva a convertirse en un nuevo planeta infernal. ¿Será Venus o algún exoplaneta similar el modelo del cual debemos aprender y al mismo tiempo alejarnos?