Paleontología

El enigmático monstruo de Tully no era un vertebrado

Sigue siendo un misterio a qué grupo de invertebrados pertenecía esta criatura marina de la era Carbonífera

El monstruo de Tully, con sus ojos acechados y su larga probóscide, es difícil de comparar con todos los demás grupos de animales conocidos.

El monstruo de Tully, con sus ojos acechados y su larga probóscide, es difícil de comparar con todos los demás grupos de animales conocidos. / © 2023 Takahiro Sakono.

TUT/T21

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Una nueva investigación apoyada en mapas tridimensionales ha concluido que el enigmático monstruo de Tully, que vivió hace 300 millones de años, no era un vertebrado, sino un cordado invertebrado o un protosoma. No es un eslabón en la evolución temprana de los vertebrados.

Durante más de medio siglo, el monstruo de Tully (Tullimonstrum gregarium), un enigmático animal que vivió hace unos 300 millones de años, ha confundido a los paleontólogos, cuya extraña anatomía dificulta su clasificación.

En la década de 1950, Francis Tully disfrutaba de su afición a la caza de fósiles en un sitio conocido como Lechos de fósiles de Mazon Creek, en el Estado estadounidense de Illinois, cuando descubrió lo que más tarde se conocería como el monstruo de Tully.

Este “monstruo” marino de 15 centímetros (en promedio) y 300 millones de años, resultó ser un enigma, ya que desde su descubrimiento los investigadores han debatido dónde encaja en la clasificación de los seres vivos (su posición taxonómica).

Vertebrado polémico

A diferencia de los huesos de dinosaurio y las criaturas de caparazón duro que a menudo se encuentran como fósiles, el monstruo de Tully tenía un cuerpo blando.

Mazon Creek Lagerstätte es uno de los pocos lugares en el mundo en el que las condiciones son las adecuadas para capturar en detalle las huellas de estos animales marinos en el lodo submarino, antes de que pudieran descomponerse.

En 2016, un grupo de científicos de EE. UU. propuso la hipótesis de que el monstruo de Tully era un vertebrado. Si este fuera el caso, podría ser una pieza faltante del rompecabezas sobre cómo evolucionaron los vertebrados.

Sin embargo, a pesar de un esfuerzo considerable, en los últimos años se han publicado estudios que apoyan y rechazan esta hipótesis, por lo que no se ha llegado a un consenso.

Misterio resuelto

Usando tecnología de imágenes 3D, este equipo cree haber encontrado la respuesta después de descubrir características detalladas del monstruo Tully que sugieren claramente que no era un vertebrado. Sin embargo, aún está por decidirse su clasificación exacta y qué tipo de invertebrado era.

“Creemos que se ha resuelto el misterio de que sea un invertebrado o un vertebrado”, dijo Tomoyuki Mikami, uno de los autores de esta investigación,

Y añade: “con base en múltiples líneas de evidencia, la hipótesis de los vertebrados del monstruo de Tully es insostenible. El punto más importante es que el monstruo de Tully tenía una segmentación en la región de la cabeza que se extendía desde el cuerpo. Esta característica no se conoce en ningún linaje de vertebrados.”

Amplia muestra

El equipo estudió más de 150 monstruos de Tully fosilizados y más de 70 fósiles de otros animales variados de Mazon Creek. Con la ayuda de un escáner láser 3D, crearon mapas tridimensionales codificados por colores de los fósiles que mostraban las pequeñas irregularidades que existían en su superficie a través de la variación de color.

La tomografía microcomputarizada de rayos X (que usa rayos X para crear secciones transversales de un objeto para que se pueda crear un modelo 3D), también se usó para observar su probóscide (un órgano alargado ubicado en la cabeza).

Estos datos 3D mostraron que las características utilizadas anteriormente para identificar al monstruo de Tully como un vertebrado no eran en realidad consistentes con las de los vertebrados.

Siguiente paso

Los investigadores plantean que el siguiente paso de la investigación será responder a qué grupo de organismos pertenece, posiblemente un cordado no vertebrado (como un animal parecido a un pez conocido como lanceta) o algún tipo de protostoma (un grupo diverso de animales que contiene, por ejemplo, insectos, gusanos redondos, lombrices de tierra y caracoles) con una morfología radicalmente modificada.

Fósiles problemáticos como el monstruo de Tully resaltan el desafío de reconstruir la historia dinámica de la Tierra y los diversos organismos que la han habitado, destacan los investigadores.

“Había muchos animales interesantes que nunca se conservaron como fósiles”, explica Mikami. “En este sentido, la investigación de los fósiles de Mazon Creek es importante porque proporciona evidencia paleontológica que no se puede obtener de otros sitios. Se necesita más y más investigación para extraer pistas importantes de los fósiles de Mazon Creek para comprender la historia evolutiva de la vida”, concluye.