Paleontología

Una flor resguardada en ámbar hace casi 40 millones de años es la más grande jamás descubierta

La flor leonada, que parece recién extraída de un ramo, tiene algo más de una pulgada de ancho y triplica en tamaño al resto de los ejemplares descubiertos hasta hoy

Flor fósil de Symplocos kowalewskii (Symplocaceae) resguardada en ámbar báltico. Hasta la fecha, es la inclusión floral más grande descubierta en cualquier ámbar.

Flor fósil de Symplocos kowalewskii (Symplocaceae) resguardada en ámbar báltico. Hasta la fecha, es la inclusión floral más grande descubierta en cualquier ámbar. / Créditos: Carola Radke, MfN (Museum für Naturkunde Berlin).

Pablo Javier Piacente

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Una flor extraña encerrada en ámbar es la más grande encontrada hasta el momento y data de hace unos 40 millones de años. La flor está excepcionalmente conservada y proviene de la región del Mar Báltico: durante la época del Eoceno tardío, hace entre 38 y 34 millones de años, una gota de resina pegajosa atrapó a la flor y la mantuvo intacta hasta hoy. 

Un nuevo estudio realizado por las científicas Eva Maria Sadowski y Christa Charlotte Hofmann, del Museo de Historia Natural de Berlín y la Universidad de Viena, respectivamente, confirma el hallazgo de la flor conservada en ámbar más grande descubierta hasta la fecha, con una antigüedad de casi 40 millones de años y un tamaño de algo más de una pulgada, tres veces superior a las dimensiones de los ejemplos identificados previamente. 

La nueva investigación, publicada recientemente en la revista Scientific Reports, se llevó adelante a partir de una inclusión de ámbar de notables condiciones, que estuvo “escondida” de los ojos de los científicos en colecciones de museos pasadas por alto durante los últimos 150 años. De acuerdo a un artículo publicado en Scientific American, la flor leonesa encerrada en ámbar báltico está tan bien conservada que las investigadoras pudieron identificar a sus descendientes florales, algo para lo cual se necesitan elementos que no logran conservarse habitualmente por un tiempo tan extenso. 

Cápsulas del tiempo bañadas en oro

El proceso de fosilización puede durar millones de años, pero generalmente favorece la conservación de los materiales más resistentes, como huesos, dientes y conchas. Sin embargo, una ínfima porción de resina pegajosa cayendo de un árbol puede derivar en un milagro: con una pequeña dosis de suerte, es capaz de atrapar la delicada estructura de una flor o diminutos insectos, conservándolos intactos durante decenas de millones de años al convertirse posteriormente en ámbar. 

Estas verdaderas “cápsulas del tiempo” bañadas en oro son milagros reales para los científicos: les permiten descubrir especies prehistóricas tal cual se presentaban en vida, funcionando como una llave para revelar el pasado más remoto de la Tierra y las primeras formas de vida que habitaron nuestro planeta. La flor fósil de la variedad Symplocos kowalewskii (Symplocaceae) es la inclusión floral más grande descubierta en cualquier ámbar hasta hoy.

El hallazgo proviene de la región del Mar Báltico, y según las conclusiones de las investigadoras nos habla de un período conocido como Eoceno tardío, que comenzó hace unos 56 millones de años y terminó hace alrededor de 34 millones de años. El ejemplo identificado fue fechado aproximadamente con una antigüedad de entre 38 y 34 millones de años, por lo que habría pertenecido a la etapa final del ciclo. 

Video: descrita por primera vez hace más de 150 años como Stewartia kowalewskii, una corola conservada en ámbar desde hace al menos 34 millones de años fue reanalizado y reclasificado por dos investigadoras europeas: es la flor fosilizada más grande que se conserva en ámbar. Créditos: SciNews / YouTube.

Con descendientes en Asia

Como los frágiles órganos reproductivos de la flor estaban conservados a la perfección, el dúo de especialistas pudo extraer granos intactos de polen con un bisturí. Al observarlos con un microscopio electrónico de barrido, la forma de los granos de polen fue relacionada inmediatamente por las científicas con el polen de pequeños árboles y arbustos de Asia, que pertenecen al género Symplocos

A continuación, los análisis correspondientes determinaron que los descendientes del ejemplar conservado en ámbar báltico se encuentran hoy en otra parte lejana del planeta, a un continente de distancia de su origen. En la actualidad, estos árboles de hoja perenne del género Symplocos pueden identificarse en bosques húmedos asiáticos de gran altitud, y producen flores amarillas o blancas. 

Las investigadoras creen que la especie conservada se habría adaptado a la perfección al clima cálido que experimentó la región del Báltico durante el Eoceno. Al ser el primer registro de especies asiáticas de Symplocos resguardado en ámbar báltico, el ejemplar ratifica las afinidades que habrían existido entre la flora de los bosques del este y sureste de Asia actuales con el ambiente que dominó a la región del Mar Báltico hace 40 millones de años.