Arqueología

Ötzi, la “momia de hielo” preservada durante 5.100 años, no fue un caso extraordinario

Podría ser el primero de muchos otros cadáveres bien conservados, que poco a poco el derretimiento de los hielos comenzará a dejar ver

El descubrimiento de Ötzi no fue un evento extraño: podría ser el primero de muchos otros con características similares.

El descubrimiento de Ötzi no fue un evento extraño: podría ser el primero de muchos otros con características similares. / Créditos: Lars Pilø et al, Science, AAAS.

Pablo Javier Piacente

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Los investigadores creen que las suposiciones sobre cómo el tiempo, el clima y el hielo glacial conspiraron para preservar a Ötzi durante 5.100 años estaban equivocadas. La nueva teoría se contrapone a la desarrollada cuando se descubrió a la “momia de hielo” en 1991, pero además sugiere que las condiciones podrían haberse repetido en muchos otros casos: sería solo una cuestión de tiempo que otros cadáveres comiencen a emerger del hielo.

Un estudio liderado por el arqueólogo noruego Lars Pilø y que fue publicado recientemente en la revista The Holocene concluye que Ötzi, un cuerpo humano parcialmente cubierto de hielo pero bien conservado hallado en la cima de un paso de montaña entre Italia y Austria en 1991, no sufrió una serie de eventos únicos y extraordinarios para poder ser conservado durante 5.100 años. En realidad, las condiciones que hicieron posible la preservación de Ötzi, también conocido como “Iceman”, el “hombre de hielo” o la “momia de hielo”, fueron mucho más comunes de lo pensado hasta hoy.

La hipótesis de una “cápsula del tiempo” glacial

Cuando Konrad Spindler, investigador de la Universidad de Innsbruck, comenzó a estudiar hace 30 años el caso de un cadáver descubierto por un grupo de excursionistas en cercanías del valle de Ötztal, entre Italia y Austria, entendió que el escenario que hizo posible la preservación de la “momia de hielo” más antigua descubierta hasta hoy tendría que haber sido especial y único, considerando la antigüedad de los restos y el contexto del fallecimiento: rápidamente, las pruebas de radiocarbono confirmaron que tenía más de 5 milenios. 

Spindler relacionó los daños en los equipos y pertenencias de Ötzi con el escape de un conflicto o enfrentamiento, tras el cual el hombre se habría refugiado en las montañas a finales de año. Después de morir en un paso de alta montaña como consecuencia de las heridas sufridas, rápidamente fue cubierto por la nieve del invierno. Posteriormente, un cambio climático provocó que las temperaturas descendieran durante siglos o más, preservando el cuerpo del hombre en una "cápsula del tiempo" glacial.

A partir de esa teoría, todo el mundo supuso que Ötzi había quedado sepultado en el hielo desde el momento de su muerte hasta que fue descubierto. Spindler, fallecido en 2005, indicó además que el barranco de piedra poco profundo donde los excursionistas encontraron al hombre de hielo lo habría protegió del incesante flujo de hielo glacial, que reinó solo unos metros más arriba. La capa de hielo que preservó a Ötzi permaneció intacta durante 5.100 años, hasta que un cálido verano de 1991 se derritió, dejando la momia al descubierto. 

Desde ese momento, su condición física, equipo y muerte violenta, confirmada cuando los rayos X y las tomografías computarizadas revelaron una punta de flecha incrustada en su hombro, han abierto una ventana a la vida en la Europa prehistórica. Según un artículo publicado en la revista Science, el nuevo estudio indica que la preservación de Ötzi puede no ser tan inusual como parecía al principio, sugiriendo que más cuerpos del pasado distante podrían emerger a medida que el hielo se derrite como consecuencia de un clima más cálido.

Otra historia

Para Lars Pilø y sus colegas, muchos de los accidentes afortunados que se cree que preservaron a Ötzi nunca ocurrieron: obtuvieron esa conclusión después de reevaluar unos 30 años de investigación sobre el sitio y su famoso ocupante. Por ejemplo, análisis recientes indican que las semillas y hojas identificadas sobre y alrededor del cuerpo apuntan a una muerte en primavera en lugar de otoño, lo que habría dejado al cuerpo de Ötzi parcialmente expuesto en la nieve durante un verano alpino.

Según los autores de la nueva investigación, en los siglos que siguieron el cuerpo estuvo repetidamente expuesto a los elementos del entorno: las fechas de radiocarbono de hierba, estiércol, musgo y otros materiales orgánicos del fondo del barranco son más jóvenes que el cuerpo de Ötzi, demostrando que el sitio estaba abierto y al aire libre. De esta manera, la idea de que se mantuvo congelado en una “cápsula del tiempo” sería inexacta.

Al mismo tiempo, la hipótesis de un cambio climático o un período frío iniciado hace 5.100 años, que mantuvo intacto al cuerpo en hielo durante milenios, también se derrumbaría. Esto obligaría a reescribir la historia de Ötzi y, además, a prestar más atención a todo aquello que las capas de hielo que se van derritiendo nos dejan ver: podríamos llevarnos una sorpresa cada día.

Referencia

Ötzi, 30 years on: A reappraisal of the depositional and post-depositional history of the find. Lars Pilø et al. The Holocene (2022). DOI:https://doi.org/10.1177/09596836221126133