Historia de la Ciencia

Sigue la búsqueda del cerebro de Albert Einstein

24 cortes del cerebro del famoso físico siguen sin aparecer 67 años después de su muerte

Varias partes del cerebro de Einstein, divididas y desperdigadas por el mundo luego de su muerte, siguen sin tener un paradero conocido.

Varias partes del cerebro de Einstein, divididas y desperdigadas por el mundo luego de su muerte, siguen sin tener un paradero conocido. / Crédito: WikiImages en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

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Partes del cerebro de Einstein, dividido luego de su fallecimiento en 1955, siguen desaparecidas: su hallazgo sería crucial para determinar finalmente si el cerebro del genial físico era diferente al del resto de los mortales y por qué.

El 18 de abril de 1955, Albert Einstein murió a causa de un aneurisma abdominal a la edad de 76 años, en el Centro Médico de la Universidad de Princeton, en Plainsboro, Nueva Jersey, Estados Unidos. Según sus deseos, los restos del legendario físico fueron incinerados y sus cenizas esparcidas en un lugar no revelado. Sin embargo, su cerebro no corrió la misma suerte.

Inmediatamente luego de su muerte y contra la voluntad del físico, el patólogo Thomas Stoltz Harvey extrajo el cerebro de Einstein de su cabeza durante la autopsia previa a la cremación, lo cortó en 240 bloques y mantuvo la mayoría de las piezas conservadas en su posesión personal durante décadas. Al mismo tiempo, envió algunas de ellas a científicos de todo el mundo, con el objetivo de iniciar una investigación sobre las características del cerebro de Einstein. 

Pequeñas rebanadas del cerebro más genial

Algunas de las partes en las que fue dividido el cerebro de Einstein son “rebanadas” ultrafinas de tejido, cada una cortada a no más de la mitad del ancho de un cabello humano, de acuerdo a un artículo publicado en Live Science. 

En un primer momento, Harvey montó esos cortes de cerebro en portaobjetos y los llevó personalmente a los científicos “designados” para su investigación, ubicados en diferentes partes de América del Norte. En tanto, mantuvo la parte restante del cerebro de Einstein en un frasco escondido en una caja de cartón en su automóvil personal, de acuerdo a un artículo publicado en la revista Science.

Harvey conservó la mayor parte del cerebro de Einstein hasta 1998, cuando finalmente devolvió los restos al Centro Médico de la Universidad de Princeton. Además, muchos de los científicos que tenían partes del cerebro las devolvieron a las autoridades correspondientes, con la excepción de 24 piezas faltantes, que podrían estar actualmente en cualquier lugar del planeta. 

Las diferencias del cerebro de Einstein

En la actualidad, 170 de esos bloques devueltos se encuentran en el Centro Médico Universitario de Princeton, y otros 46 cortes del tejido cerebral de Einstein están en exhibición en el Museo Mütter de Historia Médica, en Filadelfia. Sin embargo, las otras 24 piezas siguen desaparecidas e incrementan el misterio sobre los estudios científicos realizados sobre el cerebro más famoso de la historia. 

¿Es diferente el cerebro de Einstein al del resto de las personas? Sí es así: ¿qué tiene de diferente? Estas dos preguntas intentaron responderse en el pasado en distintos estudios científicos, a partir de los cortes cerebrales de Harvey y de sus fotografías. Vale recordar que el patólogo obtuvo fotografías de la estructura cerebral completa y de cada una de las 240 piezas en las cuales dividió el cerebro del autor de la Teoría de la Relatividad General y Especial.

Sin embargo, la imposibilidad de hallar hasta el momento los cortes faltantes impide una conclusión definitiva. En 1996, una investigación publicada en la revista Neuroscience Letters concluyó a partir de las fotografías y los cortes disponibles que el cerebro de Albert Einstein no es radicalmente diferente al de otros sujetos comunes analizados, aunque su corteza cerebral era más delgada y permitía una mayor densidad neuronal

En el mismo sentido, otra investigación realizada en 2013 y publicada en la revista Brain marca que el cerebro de Einstein tiene una corteza prefrontal extraordinaria, que puede haber contribuido a los sustratos neurológicos de algunas de sus notables habilidades cognitivas. También descubrieron que los lóbulos parietales de Einstein son inusuales y pueden haber proporcionado algunos de los fundamentos neurológicos de sus habilidades visoespaciales y matemáticas.

Mientras tanto, las partes faltantes del cerebro del físico alemán, nacido en la localidad de Ulm el 14 de marzo de 1879, siguen sin aparecer. Más allá del misterio, la ciencia sin dudas agradecería su identificación, para desarrollar nuevas investigaciones sobre la estructura cerebral de Einstein y determinar parte de las condiciones que marcarían los avances más trascendentes de la cognición humana. 

Referencias

The cerebral cortex of Albert Einstein: a description and preliminary analysis of unpublished photographs. Dean Falk, Frederick E. Lepore and Adrianne Noe. Brain (2013). DOI:https://doi.org/10.1093/brain/aws295

Alterations in cortical thickness and neuronal density in the frontal cortex of Albert Einstein. B Anderson and T Harvey. Neuroscience Letters (1996). DOI:https://doi.org/10.1016/0304-3940(96)12693-8